José Manuel Piña Vives / Decenas de perros de todas las edades y tamaños, caballos, ponys, una mula, cobayas y hasta un erizo de tierra han recibido por la mañana la bendición del obispo de Eivissa en uno de los más atávicos actos de las fiestas de Sant Antoni de Portmany. La población ha vivido este viernes su día grande con mucho sol y una temperatura más que agradable que permitieron disfrutar intensamente de la jornada marcada por los signos religiosos, musicales y zoológicos. Con una permanente sonrisa dibujada en el rostro, el prelado Vicente Juan Segura vertió gotas de agua bendita sobre todas las mascotas que le presentaban e incluso pellizcó las mejillas de dos niñas que se hallaban en primera fila viendo el divertido espectáculo.
Sant Antoni se volcó en masa frente al flamante edificio del Ayuntamiento y el santo Antonio que da nombre al pueblo les premió la alegre bienvenida con mucha agua y una climatología muy favorable. También parecían sonreír de agradecimiento todas las mascotas al recibir la inesperada ducha que el calor convertía en agradable. Muchas sonrisas también entre el numeroso público e incluso entre la clase política que asistió a la bendición. Abrieron una tregua el presidente del Consell y la alcaldesa de Vila sonriéndose mutuamente en varias ocasiones.
Vicent Serra y Pilar Marí olvidaron por unos instantes los casus belli que últimamente les mantienen enfrentados y participaron con gesto solemne en los actos religiosos que precedieron a la bendición y con cara más distendida a ese arca de Noé en busca del agua perdida. Otros alcaldes como Neus Marí (Sant Josep) y Vicent Marí (Santa Eulària) accedieron también a la invitación de la anfitriona, su colega Pepita Gutiérrez, que exhibió durante toda la fiesta la sonrisa de las grandes ocasiones. Hasta el senador por las Pitiüses, José Sala, sonrió en un par de ocasiones. Hombre extremadamente serio, Sala mostró los dientes -en el buen sentido- a su otrora adversario por la presidencia del PP, Vicent Serra.
A pesar de que no cesaron en toda la mañana, los aplausos de los asistentes arrecieron cuando se soltaron varias bandadas de palomas mensajeras, antes encerradas en jaulas. Pero quizá el personaje más aplaudido y reído fue un erizo de tierra, que portaba orgullosamente en la mano Julio Mieres, su propietario. «Es un animal muy sociable», aseguraba ante el escepticismo ajeno, algo inquiero por los afilados y erectos pinchos que el bicho lucía en el lomo.
Estaba previsto que la jornada culminase con una serie de flower power para niños, jóvenes y mayores con la actuación de la cantante Cristina, solista del recordado grupo de los sesenta Los Stop. Sus deseos de salud, dinero y amor dejaron al público con un excelente sabor de boca. San Antonio sonrió también desde su pedestal en el templo que le acoge.
Reportaje fotográfico de David Ventura
Nuestra iglesia católica junto con la representación de los políticos más afines a la misma continúan tomándonos por ignorantes, esta vez el obispo de Ibiza bendice a una cotorra macho bajo la atenta mirada del presidente del consell de Eivissa, la alcaldesa de San Antonio y varios políticos más del PP que se desplazaron hasta allí. No es casualidad que todos sean servidores públicos y que por lo tanto sus sueldos salen de nuestros bolsillos. Para que den soluciones a los problemas de los ciudadanos en lugar de tratar de llevarnos a la edad media con esta ofensa a la inteligencia.