@L.Aversa/El Ayuntamiento de Sant Antoni no controla desde hace seis años las vallas ilegales que tiene desplegadas por el municipio, en las zonas de suelo rústico, donde no pueden instalarse.
El concejal de Urbanismo y Actividades, Juanjo Ferrer, ha explicado que el último recuento data de 2010 y suma 31 soportes irregulares ubicados en suelo rústico y en suelo privado.
«Tenemos este inventario hecho, pero tenemos que retomarlo porque ha habido movimientos de vallas en este tiempo y tenemos que ver si siguen siendo las mismas. Vamos a empezar este invierno, enviaremos notificaciones a los propietarios de las vallas y en función de la respuesta se hará cada expediente», ha aunciado el edil.
El concejal ha explicado que el recuento es «de los últimos meses de la legislatura de Sala», y que «no se ha hecho nada durante todo este tiempo». «Tenemos la intención de finalizar esto este invierno, porque necesitamos hacer una limpieza de la cartelería en el municipio, en general», ha señalado.
De hecho, Ferrer ha asegurado que no se plantean los expedientes en términos de sanción, sino con el objetivo de eliminar las vallas del paisaje del municipio.
Limpieza en zona urbana
Precisamente, el Consistorio informó el mes pasado que el núcleo urbano de Sant Antoni deberá quedar libre de vallas, banderolas y otros soportes publicitarios antes del 18 de noviembre.
La junta de gobierno del Consistorio acordó declarar extinguido el actual contrato de explotación de este tipo de elementos, tras desestimar el recurso de reposición presentado por la empresa explotadora.
Con esta decisión, el Ayuntamiento pretende regular la presencia de este tipo de elementos en el municipio, «ya que las sucesivas modificaciones del actual contrato han propiciado una exceso de publicidad en las calles”, ha indicado.
Hay una empresa que es propietaria de casi todas las vallas publicitarias que son ilegales desde 2005. El PTI las prohibe expresamente.
Esta empresa, Ibiza Publicidad SA consigue sus beneficios con una actividad ilegal y que provoca la contaminación visual. No es tráfico de drogas ni ruido, pero sus accionistas (con apellidos ilustres) ganan dinero a costa del paisaje ibicenco y en contra de las normas. Y quien debe cumplir y hacer cumplir miran hacia otro lado. Repugnante.