@Noudiari/ La moda de los beach clubs no sólo se extiende por Eivissa sino que también quiere convertirse en un fenómeno exportable. Así lo han manifestado los directivos del nuevo local que abre hoy sus puertas en Platja d’en Bossa, el Santos Ibiza Coast Suites, a la web de información económica Alimarket, donde han avanzado que este proyecto de raíces ibicencas tiene la ambición de expandirse con otros locales que exporten la franquicia internacionalmente.
Con un ascenso de categoría de tres estrellas a cuatro, el antiguo complejo de apartamentos Tur Palas se ha transformado en un hotel de 38 habitaciones con una cuidada decoración y un beach club en sus bajos enfocado a una propuesta de ocio que mezcla la música electrónica pinchada por DJ’s de renombre el ambiente de la playa de Eivissa.
Encabezan esta empresa el constructor Pedro López y el exdirector comercial de Playa Sol Hotel Group (los anteriores propietarios de Tur Palas), junto con Pedro Tallyn Planells Mackenzie, quien ejerció como gerente de Privilege y ahora lidera Pachá. El sector hostelero y el del ocio nocturno se dan la mano en este establecimiento que, como otros, conjugan ambas ofertas para aprovecharse de la fiebre de los clubs de playa que asola la costa ibicenca.
El modelo ecléctico de este negocio acoge al público de las discotecas durante el horario diurno, donde les brinda la posibilidad de seguir disfrutando de la música de sus clubs favoritos mientras toman el sol, se refrescan con una bebida o se dan un chapuzón en las aguas de Eivissa. Tanto éxito han cosechado estos locales en anteriores temporadas de verano que la isla acogerá durante los próximos meses la inauguración de tres beach clubs de diferentes empresas pero con el mismo perfil. Además del Santos Ibiza, estamos hablando del Nikki Beach, cuyas obras en s’Argamassa prosiguen a pesar de no contar con licencia de actividad (la empresa se ha presentado ante el Ayuntamiento de Santa Eulària como un «restaurante con música ambiental) y el JAG Beach Club, un negocio regentado por una celebrity francesa, Grégory Basso, que resalta su restaurante de lujo con un club privado cuyas mesas estarán reservadas a los clientes más exclusivos.