“Siempre digo que estoy en la mejor conselleria, la más agradecida”, valora la consellera de Cultura, Educación y Patrimonio, Sara Ramón (Sant Antoni, 1973), en su despacho de la tercera planta del Consell de Ibiza. Sobre su mesa se acumulan informes, dossiers y papeleo diverso, buena muestra de que sus competencias son muy amplias. Durante la entrevista remarca que gran parte de los esfuerzos se están centrando a la recuperación del patrimonio material e inmaterial de Ibiza. Tiene varios proyectos en marcha pero los plazos de la administración complican que puedan estar terminados antes de que concluya esta legislatura en 2023. Esta farmacéutica de carrera y política, ex concejala de Educación y Cultura en Sant Antoni y exdiputada en el Parlament balear avanza que la institución negocia ya la compra del Cine Torres de Sant Antoni, que este año habrá Premios de la Música de Eivissa o que la sede del patrimonio inmaterial en el hipódromo de Sant Rafel incluirá una residencia para facilitar intercambios.
Cuando entrevisté al conseller de Ciudadanos, Javier Torres, y le pedí que definiese a cada uno de los componentes del equipo de gobierno se refirió a usted como ‘la más apolítica, en el buen sentido’. ¿Se reconoce en esa descripción?
Me encanta el servicio público y entré primero en política en un ayuntamiento, para estar al lado del ciudadano en un trabajo que es de cuerpo a tierra y de solucionar los problemas más inmediatos. Entré para mejorar mi pueblo, mi municipio… por eso me he mantenido así, intentando gestionar el trabajo.
En Twitter tiene un perfil más discreto que otros consellers. No tan tan beligerante.
Supongo que es mi forma de estar o de trabajar. Puedo ver y hablar de lo que no me ha gustado y criticarlo, pero pienso que todos han dejado su grano de arena en el trabajo.
¿Se refiere a…?
A que todos los que pasan por la política realmente dejan su grano de arena, unos con más aciertos y otros con más desaciertos, unos priorizando unas cosas y otros priorizando otras.
La cultura es a menudo olvidada en los mensajes políticos de los mítines o de los programas electorales, ¿usted tiene que reivindicar atención y presupuesto para su conselleria?
Cuando llegué al Consell el equipo de gobierno tenía como prioridad el patrimonio inmaterial y material; queríamos hacer mucha inversión en patrimonio. En ese sentido nunca he tenido que luchar para que me mantengan el presupuesto. Me han respetado mucho las peticiones que he hecho, incluso con la incorporación de remanentes gracias a los que se pudo invertir un millón de euros en la compra del Museo de Can Ros o en la compra del Molí den Pep Joan. Sí que es verdad que a otros departamentos más ‘problemáticos‘ se les da más importancia y a veces a la cultura no se le da la importancia que tendría que tener. Pero la cultura es esencial a muchos niveles. A veces te da la sensación de que se gestiona lo inminente y no se mira más a largo plazo. La cultura es un trabajo que se ve a largo plazo, con el tiempo.
¿Las cuentas de su conselleria se han visto afectadas por la pandemia? ¿ha habido que redirigir fondos a otras necesidades?
No ha afectado. Sacamos una ayuda para las escoletes en un momento en que muchas se veían en peligro de tener que cerrar. Se buscaron recursos para destinar 257.000 euros a estas ayudas. Y sacamos 100.000 euros para las empresas y microempresas culturales. Ayudamos también a las cinco editoriales comprando una partida de libros. Lo hacemos ahora cada año por el Día del Libro, porque entendemos que también han pasado una muy mala época.
A menudo el sector cultural reclama ayudas plurianuales consolidadas.
Este año vamos a sacar una nueva línea de ayudas para proyectos porque el sector nos pide que ayudemos no solo a actividades ya realizadas sino a proyectos que se hagan en un futuro. Esta ayuda avanzará un 30 por ciento del presupuesto antes de empezar el proyecto. Nos hemos dado cuenta, además, de que ha habido un resurgimiento de proyectos durante el Covid.
Es decir, que el confinamiento y el parón han permitido ‘pensar’.
Sí, mucha creatividad ha aflorado.
¿Este verano va a ser un poco más normal en cuanto a programación de actos culturales?
Hoy por hoy no nos planteamos otro escenario que no sea el de normalidad. Es más, volverán los fuegos artificiales que no hemos tenido en todos estos años. El año pasado, en lugar de fuegos, se hicieron unos video-mappings en las iglesias de cada municipio para tener un acto simbólico festivo en colaboración con Ibiza Lights Festival. Este año esperamos recuperar los fuegos artificiales.
Hablando de proyectos, uno de los centrales de su conselleria es el del Centro de cultura y patrimonio inmaterial en el hipódromo de Sant Rafel, denominado Ses Nou Rodades. ¿En qué punto está?
En patrimonio inmaterial queda mucho por hacer y uno de los compromisos era hacer un centro de cultura inmaterial. El anteproyecto está para llevar a contratación y que se licite el proyecto ejecutivo. Nos gustaría que cuando terminara la legislatura se pudiera presentar un render de lo que será, porque ya tendremos el ejecutivo y faltará licitar las obras. Los plazos van así… Se habló con la Federació de Colles de Ball y todo se ha estudiado muy bien. Incluso contará con un espacio de residencia para hacer intercambios culturales en el mismo centro porque los hoteles en verano son muy caros y a veces eso condiciona. Tendrá una sala expositiva, unas aulas para docencia, un escenario para hacer presentaciones de libros o actuaciones…
¿Se ha cuidado lo suficiente el patrimonio inmaterial de Ibiza?
No se le ha dedicado el esfuerzo que debería. Es muy importante la catalogación de ese patrimonio inmaterial porque hay muchas personas mayores que desaparecerán y que tienen muchos conocimientos que hay que transmitir. Esto es muy frágil. Estamos a punto de firmar un convenio con el Institut Ramon Muntaner para seguir la misma base de catalogación que han seguido en Mallorca y en Menorca y ahora mismo hay en activo cuatro becas de investigación que están trabajando en recopilar todo este tipo de información de oficios artesanos antiguos, de pescadores…
¿Entrevistando a gente mayor?
Sí, se está documentando, grabando a pescadores, costureras…. Se ha hecho un estudio de camins de missa [caminos tradicionales de acceso a las iglesias], se ha encargado la catalogación de embarcaciones tradicionales…
Pusieron en marcha la web Eivissa cultural para promocionar y unificar la agenda de actos culturales. ¿Qué falla cuando en un espectáculo maravilloso de danza de Cas Serres somos diez personas en el público?
Es verdad que cuesta mucho, pero es general… si hablas con los ayuntamientos pasa lo mismo. Hay que trabajarlo. Esta página web intenta unificar y que puedas ver qué hay en toda la isla cada día. Trabajamos también las redes sociales. De todos modos, no sé si es a causa de la pandemia, pero, en general, hemos visto un incremento de gente que acude a los actos culturales. Tanto aquí como en Sa Nostra Sala o incluso en el teatro amateur. Hay que intentar hacer una programación que llegue a diferentes colectivos. Intentamos estar al lado de proyectos que abarcan otro tipo de público como Territori Festival o el Ibizacinefest de cine independiente… apostamos por estar al lado de estos proyectos porque nos interesa que también vendamos Ibiza como destino cultural con propuestas como Sueños de Libertad o Ibicine.
Hablando de turismo, el desconocimiento del patrimonio por parte de visitantes pero también de residentes es uno de los grandes problemas de Ibiza. ¿En qué se ha avanzado en este sentido?
En patrimonio hemos actuado en varias vías. Una es la de la conservación y restauración. Los plazos son lentos pero se ha hecho un trabajo en restauración en elementos propios como el Molí des Porxet, el Molí de Puig d’en Valls, Ses Païsses de Cala d’Hort… Además se ha unificado un modelo de señalética y se ha hecho un catálogo con la geolocalización de todas las señales. Aquí muchas veces me quejo del vandalismo, porque te encuentras con que arreglas una cosa un día y a la semana siguiente está igual y eso es una pena. El patrimonio lo tendríamos que sentir como lo que es: de todos. Nos queda crear contenidos para poder apostar por una Ibiza de turismo cultural y que se conozca el patrimonio. Esta semana hemos presentado el Congreso Internacional de Estudios Fenicios y Púnicos que se va a hacer en octubre en Ibiza. La última vez fue en Mérida en 2018 y el comité científico avanzó que Ibiza sería la próxima sede. Eso es un reconocimiento de la riqueza que tenemos. Como dice siempre el arqueólogo Joan Ramon, toda la isla es un yacimiento. Esto nos dará una visibilidad internacional. Nosotros, por nuestra parte, tenemos que trabajar y activar temas que llevan demasiado tiempo esperando como sa Caleta [el poblado fenicio].
¿Veremos terminada la museización de Sa Caleta y el perímetro de toda la zona de búnkers?
Cuando llegamos al Consell el proyecto de sa Caleta estaba enrocado porque la Dirección general de Biodiversidad había denegado una autorización para instalar la valla. El vicepresidente Mariano Juan y yo nos desplazamos a Mallorca y mantuvimos una reunión que fue bastante positiva y en la que se nos ayudó dándonos los pasos que teníamos que dar. Así, hicimos un estudio medioambiental, paisajístico y hemos pedido las autorizaciones. Estamos a dos semanas de que se adjudique el proyecto ejecutivo y la restauración de todos los restos arqueológicos. Hay una pequeña muestra destapada pero realmente abarca muchísimo más. También está en marcha el proyecto ejecutivo de un centro de interpretación, con la recreación de una casa fenicia y donde se va a museizar la batería militar que también es un BIC. De hecho, llevamos invertidos 40.000 euros en la restauración de la batería… pero ahora mismo vuelve a estar llena de pintadas. Hasta que se valle no vamos a hacer más intervenciones porque es tirar el dinero. Cuando llegamos en el 2019 ya pedimos la ayuda del IET (impuesto sobre estancias turísticas) y tenemos concedidos 583.000 euros. Todo esto está bien encaminado.
¿También han pedido ayuda para el Museo del Mar con cargo al impuesto turístico?
En este caso la hemos pedido a los Fondos Europeos. Tenemos el proyecto ejecutivo, nos falta la licencia de obras de Ibiza y ya lo pasamos a contratación para que se liciten las obras arquitectónicas. Empezarán este año.
¿Este museo sí estará acabado antes de que termine su legislatura?
Estará todo muy avanzado.
¿Y sobre el yacimiento de s’Olivera?
Espero que se adjudiquen las obras en cuestión de una semana. Irá paralelo el proyecto museológico. Y hemos firmado un convenio con Santa Eulària porque ellos tienen un molino y un safareig allí y había que encargar un proyecto que lo abarque todo: hay restos islámicos, romanos y es todo un ejemplo de la evolución de la agricultura.
También se están dando muchas ayudas a nivel privado con 400.000 euros para diferentes BICs. Trabajamos ahora en otra ayuda que incluirá embarcaciones tradicionales y también elementos de ses Feixes, porque es importante que se conserven y se restauren. Hay que empezar a dignificar esta zona y cambiar completamente el paisaje.
Muchos frentes abiertos pero el tiempo pasa deprisa y más con los plazos tan largos de las administraciones públicas. ¿Le gustaría continuar en el puesto para cerrar todos los proyectos una vez que se agote esta legislatura?
Nunca me he planteado eso. Hasta que llegue al final… es como dice Javi, que soy apolítica [ríe]. Antes de ir al Parlament no lo había pensado y fue una experiencia enriquecedora que me dio una visión global de las islas. Lo mismo te digo ahora. Me encanta el trabajo del Consell, es muy gratificante porque ves mejoras. Pero es verdad que las legislaturas deberían adaptarse a los tiempos de la administración porque cuatro años se quedan cortos.
¿Y no tendría que ser al revés? ¿que la administración fuera más ligera?
Tienes razón [ríe]. Hay que pensar que la pandemia también ha condicionado mucho y ha alargado ciertos proyectos que habríamos comenzado antes.
Cada vez que hablamos con un conseller o con un director general todos dicen lo mismo: los plazos.
Tiene algo de desesperante porque querrías avanzar mucho más y no puedes. Aunque hemos agilizado muchas cosas, como los pagos de subvenciones que se hacen dentro del año, es verdad que tienes que aprender a mirarlo en la distancia porque en el momento te desespera un poco.
El Consell premia anualmente a pintores, escultores, fotógrafos o diseñadores pero faltan unos Premios de la Música de Ibiza. La Associació de Musics d’Eivissa los ha solicitado…
Fue un tema que se trató en 2020, cuando se reunió el Consell de les Arts d’Eivissa. La Associació de Musics d’Eivissa ha trabajado en una propuesta y nosotros hemos dejado 6.000 euros en el presupuesto de 2022 para este concepto Queríamos que saliera de ellos y finalmente trabajamos en ello y esperamos poder sacarlo.
Los ayuntamientos promocionan la música en vivo en colaboración con el sector privado pero a Ibiza le sigue faltando una gran sala de conciertos con buen sonido, que admita grandes conciertos, del mismo modo que falta un auditorio insular.
Se podría plantear la necesidad de que existiera, pero la visión que tengo es que todavía quedan municipios que no tienen un espacio cultural adecuado. A Sant Antoni le falta un centro cultural para poder hacer actividades. El Cervantes se ha quedado pequeño. Si tuviera que decir qué prefiero: si uno grande para toda la isla o que todos los municipios tengan un espacio para ofrecer cultura a la gente de cercanía elegiría que todos los municipios tengan un espacio para ofrecer cultura. Ahora mismo en nuestra incorporación de remanente está la compra del Cine Torres de Sant Antoni. La intención es comprarlo para dedicarlo a espacio cultural. Hemos hecho contactos con ellos. Está su voluntad y nuestra voluntad política de comprarlo y convertirlo en centro cultural.
Lo que ocurre finalmente cuando cada ayuntamiento tiene su espacio y su programación es que se solapan muchas actividades.
Eso es evidente, nos ha pasado. Intentamos que no haya contraprogramación, pero sí que sucede. Nosotros somos el instrumento para realizar lo que nos demandan, así que si se pone sobre la mesa esta necesidad se trabajará en ella. Ahora mismo no se ha puesto sobre la mesa.
Sa Nostra Sala de Ibiza, el espacio de Sa Nostra que gestiona el Consell, se ha convertido casi en el único espacio de la ciudad que funciona como ‘galería’ de arte. ¿Cómo valora la progresiva desaparición de las galerías privadas de arte? Los artistas no tienen apenas dónde exponer.
Es cierto, te reclaman espacios y, además, tenemos saturación de peticiones. Estamos faltos de espacio y casi todo recae en las administraciones, ayuntamientos y Consell. Nosotros tenemos que estar ahí para darle visibilidad al sector y en Ibiza tenemos la suerte de tener a grandes creadores. Sa Nostra Sala tampoco es un espacio propio del Consell… igual a la larga se tiene que consolidar un espacio propio. Está en proyecto también recuperar y consolidar la Bienal del Arte en 2023: un espacio de encuentro entre toda la producción cultural, para tener esa visibilidad.
¿Con artistas de Ibiza?
Sí, lo que no quiere decir que no pueda evolucionar hacia ser más ambiciosos, pero queríamos empezar con la producción local porque han sido años difíciles para la gente local con la pandemia y queríamos estar a su lado.
Otra de las áreas de su departamento es la Educación. ¿Se ha avanzado sobre la gratuidad de las plazas de 0 a 3 años?
Gestionamos tres escoletes y se puede decir que han pasado por una situación complicada, con lo que implica organizarse día a día en una pandemia. Se les puede dar la enhorabuena porque han funcionado muy bien. Seguimos apoyando la educación 0-3 y se está estudiando la fórmula para poder ayudar a las familias con bonos o bien haciéndolas gratuitas. Estamos buscando el camino para poder ayudar y desde qué departamento lo vamos a hacer, porque no tenemos competencias directas en Educación y no es fácil.
¿Cada vez más familias piden ayudas para estudiantes, otra de sus competencias?
Hemos hecho un esfuerzo porque estaban 600.000 euros cuando llegamos y con la llegada de la pandemia pusimos 100.000 más en remanente, con lo que llegamos a 700.000 euros. Y lo cierto es que se incrementaron las peticiones de ayudas a estudiantes. Ahora ya se han quedado esta cantidad de manera estructural para este año. El Govern balear, que es el competente, da una ayuda al desplazamiento de 59.000 euros y nosotros nos quejamos de que esta dotación es demasiado pequeña para el coste que tiene para las familias tener un estudiante fuera de la isla. Las becas del Ministerio te ayudan a realizar tus estudios pero es que las familias y los estudiantes de Ibiza tienen que hacer un gran esfuerzo porque pagan vivienda, desplazamiento, manutención… el pasado pleno aprobamos por unanimidad una propuesta para que el Govern iguale la dotación económica a la que aportamos nosotros.
En este tiempo al frente de la conselleria, ¿cuáles han sido los momentos más complicados?
Llevábamos unos meses cuando empezó la pandemia y todo se paró. Desde el departamento se ha intentado transmitir el mensaje de que la cultura era segura y hemos seguido manteniendo la programación. Se nos pidió que no se cancelasen eventos sino que se aplazasen y eso lo hicimos. Salvamos toda la programación y después fue un poco embudo, pero lo trasladamos todo y lo reinventamos. Ha sido un trabajo titánico porque ha habido que reprogramarse constantemente y estar pendiente del BOIB para ir adaptándose a todas las medidas sanitarias. Estamos contentos también porque ha habido bastante afluencia de gente, incluso más que cuando no estaba la pandemia, y eso nos ha sorprendido. La cultura ha sido un bálsamo para la gente. Muchas personas entraban no muy convencidas de ver un espectáculo con distancia y con mascarilla, pero al salir nos comentaban lo contentas que estaban de haber asistido.
Conselleria de subvenciones y adoctrinamiento.
Alguien k lucha por su tierra 👏👏