Hasta hace pocos años, todos en Ibiza conocían a Sebastián Candela (Manzanares, Ciudad Real, 1955) como Sebas el de Deportes. No podía ser de otro modo después de 38 años trabajando en Diario de Ibiza, 32 de ellos como redactor jefe de deportes.
La fotografía llegó después, aunque siempre le había interesado. No fue hasta su jubilación parcial en 2017 cuando pudo dedicarle tiempo. Los paseos que daba, cámara en mano, por el Parque Natural de ses Salines para rehabilitar la cadera después de una operación no solo fueron mano de santo para su salud sino que le hicieron encontrarse con unos pequeños seres fascinantes. Casi no se había fijado en ellas y ahora es fan. Las lagartijas ibicencas le han conquistado y quiere que sus fotos sirvan para concienciar de la amenaza de desaparición que pesa sobre ellas a causa de la invasión de las serpientes. La exposición Sargantanes. El temps s’acaba en Ebusus, organizada por el Institut d’Estudis Eivissencs con una selección de sus fotos, es el primer paso de una colaboración que desembocará en un libro. Y es que ahora Sebastián Candela es Sebas, el de las lagartijas.
¿Cuándo comenzó a interesarse por la fotografía?
Me ha interesado siempre. Al principio me llamaba la atención la fotografía de deportes pero nunca podía hacer fotos porque los sábados, los domingos y las fiestas, que es cuando hay competiciones, yo estaba dirigiendo la sección de deportes. Fue después de jubilarme parcialmente, en 2017, cuando ya le pude dedicar más tiempo. En la despedida del periódico mis compañeros me regalaron un curso de fotografía con Germán Lama, un fotógrafo con el que, por cierto, continúo formándome.
Y se adentró en la fotografía de naturaleza…
Sí, en el Parque Natural de ses Salines. Estaba mal de la cadera y, tras la operación, necesitaba caminar. Se ha convertido en mi sitio preferido. Durante cuatro años se puede decir que he vivido allí y he descubierto un mundo fascinante.
¿Qué ha descubierto?
Me sorprendo cada día que voy con algo nuevo. Hay de todo. Tengo miles de fotos de flamencos y de todo tipo de aves… pero mi gran descubrimiento ha sido el maravilloso mundo de las lagartijas. La variedad de colores, las escamas que parecen perlas, su comportamiento… Creo que el Parque Natural es el último refugio de la lagartija pitiusa, puesto que en otras zonas ha desaparecido. Incluso en Sant Francesc hace poco encontraron una. Hay un serio peligro de que en diez años no haya lagartijas.
Así lo advirtió Elba Montes, pero mucha gente dice que es una exageración.
No lo es. Es indiscutible que muchos payeses que veían lagartijas en sus tierras ya no las ven. Todo el mundo dice que ahora hay muchas menos. Son un precioso tesoro que los ibicencos debemos conservar. Si no hacemos nada, en diez años desaparecerán. Lo han dicho muchos expertos. Pienso que mis futuros nietos tendrán que verlas en un terrario y me da una pena inmensa.
Las lagartijas son un precioso tesoro que los ibicencos debemos conservar. Si no hacemos nada, en diez años desaparecerán
Sebastián Candela
¡Quién le iba a decir que ya no iba a ser más ‘Sebas el de Deportes’ sino ‘Sebas el de las lagartijas’!
Fotos de lagartijas hay muchas, pero creo que mis fotos han despertado interés porque me he tirado horas y horas esperando para verlas comer, pelearse, tirarse los trastos, para captar un gesto, una mirada… Claro que no me lo esperaba. Creo que hay otro factor que ha contribuido a la buena acogida de las fotos y es que muchas personas han descubierto el Parque Natural después del confinamiento. Era un sitio perfecto porque podías caminar con tranquilidad, sin tropezar con mucha gente y ahí iban familias enteras. Y bueno… también pasó algo y es que tiraban restos de frutas, cáscaras de plátanos y de repente salían las lagartijas a comer. Eso me dio la idea de sacarlas comiendo.
¿A usted le interesaban los animales antes?
No, nunca he tenido ni perro ni gato ni nada. Los animales han sido todo un descubrimiento para mí. Los he descubierto ahora, en el Parque Natural y son maravillosos. Tengo miles y miles de fotos de todo: jilgueros, patos, flamencos… Me llevo una radio, el diario, un trípode y a esperar. Y siempre pasa algo.
¿Hay lugares ‘estratégicos’ para fotografíar a las lagartijas?
Descubrí un sitio en el que hay un agujero en la pared por el que se asoman… y otro que es como una terraza, en el que he llegado a hacer fotos a diecisiete lagartijas a la vez, una al lado de la otra, tomando el sol [ríe].
¿Qué le ha sorprendido de las lagartijas?
Su mirada. Es decir, que me miran, me miran de reojo. Y los colores, la variedad de colores. Esas escamas que parecen perlas. Lo territoriales que son. Es todo un mundo [durante la entrevista muestra varias fotos en su ordenador y le brillan los ojos al hablar de las anécdotas de cada una de ellas].
¿Y cómo surge la idea de exponer las fotos?
Precisamente surgió en el parque Natural haciendo yo fotos de lagartijas. Un día y por pura casualidad pasó a mi lado la bióloga ibicenca Antònia Maria Cirer, especializada en el mundo de las lagartijas. Nos presentamos y resultó que yo ya conocía a su hermano, Felip Cirer. Le enseñé mis fotos y me animó a hacer una exposición. Le di muchas vueltas. Otras personas me dijeron también que lo hiciera. Finalmente, decidí que lo mejor que podía hacer era donar las fotos al Institut d’Estudis Eivissencs (IEE) para que ellos hicieran exposiciones y divulgación. Así tendría más éxito y repercusión que si la hacía yo de manera particular.
¿Cómo acogieron la idea?
El Institut d’Estudis Eivissencs, con su presidente Marià Mayans a la cabeza, se ha volcado con este proyecto porque están volcados en la protección de la lagartija. He donado al Institut d’Estudis Eivissencs 300 de las 3.000 fotos de lagartijas que tengo.
¿Ha sido muy complicado hacer la selección para el IEE y para esta muestra?
Pues imagínate. Primero hubo que seleccionar 300 de las 3.000 fotos de lagartijas que tengo y, ahora, hemos seleccionado 30 de las 300 para la exposición. Ha sido imprescindible la ayuda de Rafa Domínguez (de Foto Raymar) para la selección y además está editando y enmarcando las fotografías. Su criterio y profesionalidad han sido fundamentales. Me ha dicho directamente que ha hecho una poda [ríe].
¿Estarán a la venta?
Sí. El IEE ha organizado la exposición en Ebusus, que ha colaborado en todo y es un lugar inmejorable, en Vara de Rey. En el caso de que la venta dé beneficios todo irá destinado a la protección de ses sargantanes pitiuses. El IEE corre con todos los gastos del montaje.
¿Espera que haya buena respuesta?
Dejando a un lado la parte artística, seguro que hay empresas o particulares que quieren contribuir a la causa de las lagartijas comprando una foto.
Usted no gana dinero con esta muestra pero me consta que le mueven otros objetivos.
Me gustaría que la gente se conciencie de la importancia que tiene mantener a estos reptiles tan “nuestros”. Espero que mis fotos sirvan para concienciar a la gente en general y a los políticos en particular de lo importante que es movilizarse para proteger a ses sargantanes ante la invasión de serpientes. Si de verdad quieren protegerlas tienen que actuar de manera más contundente porque lo que han hecho hasta ahora no es suficiente.
¿La fotografía ha sido importante para usted tras la jubilación, una especie de proyecto?
Ha sido una suerte para mí engancharme con la fotografía porque me hace andar, pasear y eso me hace bien. Es una afición que exige algo de inversión al principio pero después no tanta. Me ha distraído mucho, ya no solo sacarlas, sino editarlas y archivarlas. Tengo que darle las gracias a mi mujer, Ester, porque ha sabido entenderlo y me ha apoyado. ¡Son muchas horas!
La foto del póster que es espectacular, con una lagartija encaramada a un higo…
Pues ese higo es de mi amigo Pepe, de s’Hort Nou. Me trajo unos higos, abrí uno y lo puse ahí. Y no veas la que se montó con las lagartijas y sa figa d’en Pepe [ríe]. A veces les tiro un poco de fruta para ver qué hacen, pero las fotos más espectaculares de escondites son fruto de horas de espera.
Una exposición como esta merece itinerancia. ¿Se podrá ver en otros lugares?
La exposición también irá a Santa Eulària, porque se ha interesado el Consistorio. Además me ha hecho especial ilusión que el Museo Arqueológico se haya interesado en tener algunas imágenes de las lagartijas para las visitas escolares. Que haya fotos mías en el Arqueológico, como comprenderás, me emociona. También irá a los municipios que lo soliciten y hay posibilidades de que vaya a Formentera, Mallorca, Dénia y Barcelona. Esto me alegra mucho porque, como te decía, lo que quiero es que la gente vea la belleza de las lagartijas, que sea consciente de su importancia y de que hay que protegerlas sin más dilaciones.
¿Habrá catálogo con las imágenes?
Hay un proyecto de editar un libro con textos de Antònia Maria Cirer y las fotos que he donado.
Este año ha ganado dos concursos de fotografía.
Y los dos con fotos de lagartijas, sí. Un premio me lo dio Amics de la Terra y el otro premio fue el Vuit d’Agost de fotografía del Consell de Eivissa.
¿Hace falta una cámara especial para tomar estas fotos?
Tengo una Nikon bastante normalita. No es una gran cámara. Tengo un objetivo de 100-400 mm. ¡Es más mérito de la espera que de la cámara!
La exposición:
Dónde: En Ebusus del 15 de diciembre al 6 de enero.
Horario: De 11 a 13 horas y de 18 a 20 horas todos los días
La muestra: Habrá 30 fotos expuestas que estarán a la venta
Las fotografías son exclusivas. No hay ninguna otra copia y están firmadas por el autor