@Noudiari/ Después de una vida turbulenta que le convirtió en una leyenda dels gangsta rap en los años 90, con los perceptivos problemas con la justicia que tenía en esa época todo rapero malope que se preciara, Snoop Dogg se ha convertido ya en una figura icónica de esa época del hip-hop, uno de los rotros má visibles de este género musical gracias a sus innumerables videoclips y apariciones en películas de Hollywood, y en todo un ejemplo de supervivencia en el negocio musical.
Convertido ya en un icono de este estilo musical, el autor de éxitos como ‘Drop it like it’s hot’, ‘Gangsta luv’ o de sus míticas ‘Gin and juice’ y ‘Who I am (and what’s my name?)’ recaló el viernes en el escenario el Ushuaïa Ibiza Beach Hotel en un concierto que registró una magnífica asistencia de público y en el que Snoop Dogg se mostró especialmente generoso, regalando una actuación de una hora y media de duración.
Así, el rapero californiano llegó acompañado de una sólida banda y desde el primer momento desató la euforia del público que le esperaba. Snoop Dogg, haciendo gala de su apodo, se acompañó de su inefable mascota: un perro gigante de peluche que se paseó por el escenario fumando, bailando y animando al público. Temas como ‘Sweat’ o ‘Young, Wild and Free’ fueron coreados sin descanso por los miles de asistentes, mientras que en las gigantescas pantallas de LED se proyectaban videoclips del cantante. El concierto concluyó sobre las dos de la madrugada, con una lluvia de confetti y un Snoop Dogg exhultante.
Anteriormente al concierto del rapero, los asistentes pudieron disfrutar de las sesiones de los disc-jockeys Paul Reynolds, Pete Tong y DJ Sneak, quien prepararon el terreno para la llegada de la estrella de la noche.