R. B./ La compañía Telefónica ha dado por concluidas las tareas de reparación del cable submarino que provee de internet a Formentera, después de que fuera seccionado por el ancla de un barco hace una semana. Los técnicos a bordo del buque cablero Teliri, que comenzaron las labores de reparación de esta infraestructura el pasado viernes, se encontraban a las 11.15h de la mañana soterrando el cable en el fondo marino de las Pitiüses.
Durante todo el fin de semana, el personal de la compañía de telecomunicaciones ha tenido que unir las 24 fibras que el ancla había arrancado y que son las responsables de proveer de conexión a internet a la isla de Formentera. Una vez reparado, este cable de fibra óptica entrará en funcionamiento esta misma mañana, al mismo tiempo que se retirarán los radioenlaces que se instalaron para ofrecer conexión a la isla de forma temporal.
Desde Telefónica han querido advertir a la población de Formentera de que a lo largo de la mañana podrían detectarse problemas puntuales con la conexión a internet que serán solventados de inmediato, ya que sólo se trata de incidencias de carácter leve debido a los ajustes que han de realizarse al traspasar la conexión al cable submarino.
El Teliri partirá entre hoy y mañana
El buque cablero que se ha desplazado hasta las Pitiüses para realizar estas labores de reparación submarina partirá de nuestras aguas entre hoy por la tarde y mañana, cuando la compañía tenga por seguro que la conectividad de Formentera está garantizada y funciona a pleno rendimiento. Cuando recibió el aviso de emergencia, el Teliri se encontraba en aguas de Sicilia y tuvo que hacer escala en Algeciras antes de recalar en las Pitiüses para cargar el cable de repuesto que ha instalado entre ambas islas.
En estos momentos en los que Formentera vuelve a disfrutar de plena normalidad por lo que respecta a la conexión a internet, las investigaciones para averiguar cómo se escindió el cable submarino prosiguen. El pasado miércoles al Guardia Civil retuvo en el puerto de Torrevieja a la tripulación del velero de lujo Dwinger, de bandera holandesa, ya que sobre él pesaba la sospecha de que fondeara sobre el cable, obviando las indicaciones de la carta de navegación, y podría haber seccionado el mismo al izar el ancla. No obstante, el dueño de este navío, el millonario Neik Sandmann, declinó tener responsabilidades sobre este accidente.