Numerosas personas y la clase política insular casi al completo se han despedido hoy del expresidente del Consell de Ibiza y Formentera Antoni Marí Calbet -fallecido el pasado jueves a los 91 años de edad- en el velatorio que ha tenido lugar en el salón de plenos de la máxima institución insular y en la misa que se ha celebrado posteriormente en la iglesia de Santa Cruz.
Dirigió esta administración entre 1987 y 1999 y su fuerte carácter y su continua reivindicación ante el Govern balear y la consecución de inversiones en infraestructuras básicas e imprescindibles para el desarrollo de ambas isla le convirtieron en una persona muy popular y querida en las Pitiusas.
Médico de profesión, Marí Calbet abandonó esta ocupación para sumergirse de lleno en la vida política en 1987. En julio de 2021, recibió la medalla al mérito colegial del Colegio Oficial de Médicos de Baleares “por su trayectoria profesional y su contribución a la mejora de la sanidad de las Pitiusas”.
Anteriormente, en 2004, le fue otorgada la Medalla de Honor del Consell Insular de Ibiza y Formentera, en la categoría de Oro, y en 2007 fue distinguido con el Premio Ramón Llull del Govern balear.
Las Pitiusas le han dado hoy su último adiós. Se marcha un hombre que peleó para que tanto Ibiza como Formentera crecieran en igualdad de condiciones que el resto de las islas de Baleares y que se entregó a esta tarea en cuerpo y alma desde su puesto de presidente del Consell, en aquel entonces de ambas islas.
Se reúne con su mujer, Maryse Rennesson, y su hija, Virginia Marí, quien fuera alcaldesa de Ibiza, fallecidas este mismo año con 61 y 86 años, respectivamente.
Ibiza y Formentera le mantendrán en su recuerdo no solo por todo lo que logró para ambas islas desde la política, sino porque siempre estuvo al servicio de los ibicencos, tanto como médico como al frente de la institución que gobernó por espacio de 12 años de forma ininterrumpida.
Excelente persona y gran profesional. Defendió siempre los intereses de Eivissa, no los del partido. Un político como pocos que se hacía respetar. Una gran pérdida.
El panorama político actual debería plantearse qué narices están haciendo…no le llegan ni a la suela del zapato…ninguno…