R. Beltrán/ Son incontables los tesoros que alberga el mar de las Pitiüses. El último, un candelabro que podría cambiar todo lo establecido hasta el momento sobre las rutas de navegación de la Edad Media. Se trata de una pieza de bronce datada en el siglo X cuya descripción ha sido publicada en el Archivo Español de Arqueología por el científico Marcus Heinrich Hermanns, del Instituto Arqueológico Alemán en Madrid.
Esta pieza tan singular que ha permanecido en el fondo marino de Ibiza desde la época del Califato de Córdoba es uno de los hallazgos arqueológicos más valiosos de los realizados en el mar en los últimos tiempos, ya que se han encontrado muy pocas piezas del siglo X y pocas tan reveladoras como esta. Y es que este almenar ha iluminado a los arqueólogos e historiadores sobre las vías marítimas que cruzaban Ibiza para acceder a Mallorca desde diferentes puntos de la Península, como muestra el hecho de que se hallaran varios pecios de la misma época en la parte del trazado de esta ruta que se encuentra al sur de Francia.
Hallado frente a las costas de Sant Antoni
Un aficionado a la pesca submarina fue quien encontró en la década de los años setenta este preciado objeto a pocas millas náuticas de la entrada de la bahía de Sant Antoni de Portmany, exactamente en el estrecho que separa la Illa Bleda Plana y la Illa Redona. Según este artículo, “junto con el candelabro se extrajo del mismo lugar una muela de molino con forma ligeramente elíptica”. Sin embargo, la pieza que ha cautivado la atención de los científicos es este objeto de bronce, que fue restaurado tras su recuperación y al que le fue aplicado un barniz protector tras eliminar las incrustaciones marinas. “Mide 39,5 centímetros de altura, y su anchura inferior entre los anillos es de 24,5 centímetros. Se trata de un soporte en forma de trípode, rematado por un vástago o espigón vertical de punta roma”, según detalla el artículo de Hermanns.
El científico incide en en la importancia que tiene este hallazgo para la vinculación existente durante todo el siglo X entre la Península Ibérica y el comercio del Mediterráneo. “Desde el siglo IX la política naval de los omeyas supuso una fuerte reactivación de la actividades marítimas y una expansión comercial durante todo el siglo X”, apunta Hermanns, antes de añadir que existía ”un enlace entre la Península Ibérica y el sur de Francia, al menos, con una colonia musulmana denominada Fraxinetum, según los documentos latinos que se conservan”. Además, el científico argumenta que una serie de embarcaciones hundidas atestiguan esta conexión, una ruta encargada de proveer de suministros a esa colonia desde el sur del territorio peninsular.
Ibiza, una isla estratégica en las rutas marítimas del siglo X
El artículo publicado en el Archivo Español de Arqueología concluye que la situación de Ibiza «es estratégica si se contempla desde el punto de vista de las rutas marítimas que unían los diversos puntos finales o intermedios de una red de comercio, comunicación o piratería, comunicando entre sí algunos puertos y regiones del Mediterráneo occidental”. El científico alemán también plantea que las fuentes árabes que tratan sobre la conquista de Balears en 903 “hacen mención de Mallorca y Menorca, pero no de Ibiza y Formentera, cuando son éstas las islas que se sitúan en la ruta de comunicación entre la Península y el archipiélago balear”.
Por último, Hermanns apunta que “resultaría prematuro presentar un cuadro más preciso de la navegación musulmana medieval y del papel que pudo desempeñar Yabisah dentro del sistema y de la red de comunicación y comercial”. No obstante, este candelabro ha iluminado once siglos después de que fuera forjado el rumbo que tomaban las embarcaciones en su singladura desde la Península hasta otros enclaves del Mediterráneo.