El diputado menorquín de Vox en el Parlament balear y ex sacerdote Xisco Cardona ha anunciado este jueves su baja como miembro del grupo parlamentario y del partido porque su «dignidad personal está por encimade todo este sainete», y ha confirmado que conservará su escaño.
En declaraciones a los periodistas, Cardona ha mostrado su total desacuerdo con el bloqueo de Vox a los presupuestos del Govern del PP hasta que no se fije un calendario para la libre elección de lengua en todos los ciclos educativos.
El diputado, que continúa como no adscrito a ningún grupo, ha explicado que el martes de la pasada semana los 8 diputados de Vox de Baleares votaron en contra del techo de gasto planteado por el Ejecutivo autonómico en contra de la orden dada por la dirección nacional de apoyarlo a cambio de implantar la libre elección de lengua de manera progresiva a lo largo de esta legislatura.
«Las instrucciones eran muy precisas», ha afirmado el diputado derechista, quien ha subrayado que el acuerdo de gobernabilidad firmado por PP y Vox contempla que los padres puedan elegir la lengua vehicular en la enseñanza a lo largo de la legislatura, no de manera inmediata como exige la dirección de Vox en las islas. «En política, como todo en la vida, no se puede hacer todo en 24 horas», ha apostillado.
Aunque Cardona discrepaba, porque «esta actitud no estaba en el guión», votó junto a sus compañeros, pero fue relevado inmediatamente de la portavocía adjunta del grupo por su opinión y por «hablar (el mismo día de la votación) con otro diputado», en concreto, con la presidenta del Govern y del PP, Marga Prohens.
«Se me ha pagado con deslealtad, por lo que está de más que siga en este partido», ha manifestado Cardona, que ha explicado que en alguna ocasión él ha departido con Prohens y con otros diputados de la Cámara legislativa, lo que es un derecho constitucional, ha argumentado.
El ánimo de Cárdona es de «decepción y hartazgo», a pesar de que él ha sido «leal al doscientos por cien».
Cardona se siente «desamparado» y «decepcionado» por la dirección de Vox en Baleares y también por el «nulo apoyo» que ha recibido del partido desde Madrid.
El diputado no adscrito ha asegurado que trabajará en esta legislatura para defender los intereses de la ciudad de Mahón, donde es concejal, y de todos los ciudadanos menorquines.
«Para mí es inaceptable entrar en coacciones y chantajes, y las últimas intervenciones de Vox en el Parlament se han excedido del ‘fair play’ político», ha criticado.
En opinión del político menorquín, si PP y Vox firmaron un acuerdo de gobierno, lo que toca ahora es «cumplirlo», y la obligación del partido de Santiago Abascal es dar «estabilidad» al Govern de Prohens para que esta legislatura sea «pacífica y provechosa» para los ciudadanos.
El objetivo, ha dicho, es cumplir con los 110 acuerdos de gobierno firmados por ambos partidos. El PP cuenta con 26 diputados en el Parlament, a cuatro de la mayoría de 30.
A partir de ahora, Cardona votará según sus principios y según el acuerdo político firmado por el grupo que abandona, en el que quedan más diputados que piensan como él, según ha desvelado.
Francisco José Cardona Vidal es un exclérigo que colgó los hábitos y que se casó con Samantha Romero, la magistrada ponente del caso Nóos.
EFE/ Redacción