@Noudiari/ La Agrupació Astronòmica d’Eivissa (AAE) ha concluido la primera fase de su estudio sobre la calidad del cielo nocturno de la isla, que ofrece resultados detallados sobre los niveles que alcanza la contaminación lumínica en Eivissa.
Esta es la primera vez que se lleva a cabo una investigación de este tipo. La misma se inscribe dentro de una iniciativa de ámbito nacional, el llamado proyecto NixNox, impulsado por varias instituciones académicas y astronómicas de España y con el apoyo de la Sociedad Española de Astronomía (SEA).
Según ha informado la agrupación, en el transcurso de varios meses del año 2014, miembros de la asociación, dirigidos por Rubén Quejigo, «realizaron mediciones en varios puntos de la isla con el instrumental proporcionado por la Universidad Complutense de Madrid y con los criterios establecidos por el coordinador del proyecto, el profesor titular del departamento de Astrofísica, Jaime Zamorano».
«Tras obtener estas mediciones y procesar convenientemente los datos, han comprobado varios niveles de afección de la contaminación lumínica en la isla de Eivissa, que, como es obvio, suelen corresponderse de forma casi exacta con la mayor o menor presencia de zonas urbanas y turísticas», ha informado la agrupación.
«Asimismo, en el punto concreto en el que se han tomado mediciones en invierno y en verano, se ha comprobado también la gran influencia de la temporada turística sobre la calidad del cielo», ha remarcado la asociación astronómica.
Perjudicial para la salud
Según advierte el estudio, la contaminación lumínica provoca a las personas «molestias como fatiga visual, ansiedad y alteraciones del sueño» y también afecta negativamente «a la glándula pineal, localizada en el cerebro, que tiene un papel fundamental en el reloj biológico de los vertebrados». Se trata de una glándula que libera melatonina, «en mayor cantidad por las noches y en momentos de mayor oscuridad, y recuerda que es una hormona «considerada un agente anticancerígeno que frena el inicio y la progresión de algunos tumores».
El docunento también informa de que «el abuso y la falta de criterio en la presencia de luminarias provoca perturbaciones en especies animales, como las aves nocturnas y en algunos mamíferos». Entre otras cuestiones, reclama que el cielo «es una fuente de saber» y que la astronomía es «una ciencia que precisa de cielos oscuros para su estudio».
En concreto, se tomaron muestras en las zonas de Can Nebot (Sant Rafel), Pla d’Albarca, Pla de Corona, Platja d’en Bossa, Vila, Sant Llorenç, Sant Miquel, Pou des Lleó, Punta des Faralló (Santa Eulària), Platges de Comte y Cala d’Hort.
Vila y Platja d’en Bossa, las más afectadas
El instrumento Sky Quality Meter (SQM) con el que se han tomado las mediciones arroja valores que oscilan siempre entre el 16 y el 22, siendo el 16 un cielo totalmente polucionado lumínicamente y el 22 un firmamento totalmente oscuro. «De los 11 emplazamientos analizados en la isla de Eivissa, un total de 4 sobrepasan el valor 21, lo que indica cielos con una calidad muy aceptable. Se trata de Cala d’Hort, Platges de Comte, Pou des Lleó y Pla de Corona. Otros dos rozan el valor 21 (Sant Miquel y Pla d’Albarca) y el resto se sitúan ya por debajo de este segmento.
En la vertiente negativa, destaca la ciudad de Eivissa, con un valor medio de 18,2 o Platja d’en Bossa, con 19,7. «Se ha de tener en cuenta que todas las mediciones efectuadas tuvieron lugar durante los meses de invierno, es decir, fuera de la temporada turística, cuando todos estos índices medios experimentarían descensos», ha matizado la agrupación.
El cielo de Cala d’Hort
En un caso concreto, el de Cala d’Hort, se efectuaron mediciones en invierno y en verano al objeto de comparar la variación que sufre la calidad del cielo entre ambas estaciones.
«El resultado fue que la media de 21,36 del mes de enero se convierte en 20,81 en el mes de julio; es decir, se aprecia una pérdida neta de calidad bastante apreciable, lo que redunda en una reducción del número de objetos celestes que pueden apreciarse en el firmamento y en un deterioro de la calidad de los trabajos que efectúa el Telescopio de Cala d’Hort (TCH), así como el instrumental amateur que usa la AAE», ha detallado la asociación.
Según ha explicado, «esta diferencia de calidad viene provocada, fundamentalmente, por la espectacular contaminación lumínica que provocan los negocios turísticos de Platja d’en Bossa, cuyos efectos llegan a Cala d’Hort, pero también por el funcionamiento de otros núcleos urbanos del mismo municipio de Sant Josep».
No se trata de iluminar menos, sino mejor
Está previsto que en una segunda fase del estudio se realicen más mediciones comparativas verano-invierno en el resto de puntos analizados.
Otros estudios, como las imágenes obtenidas desde satélites en el espacio, demuestran una creciente contaminación lumínica en la isla de Eivissa, con un mayor número de luminarias artificiales durante la noche en todas las épocas del año, pero singularmente en verano.
En el capítulo de conclusiones, el estudio de la AAE hace un llamamiento a las instituciones públicas, a las empresas y a los particulares a que adopten medidas de eficiencia lumínica. «No se trata de iluminar menos, sino de iluminar mejor. Adoptar criterios de mejor iluminación reduce incluso el coste económico para empresas y particulares», ha aclarado la asociación.
La AAE llama también la atención sobre la necesidad de desarrollar y aplicar plenamente la Ley 3/2005 de 20 de abril sobre Protección del Medio Nocturno de Balears, que establece medidas para luchar contra la contaminación lumínica, pero que está pendiente de desarrollo reglamentario.
Si, pero más graves efectos tiene la contaminación acustica y nadie la estudia.
La contaminación lumínica puede considerarse como contaminación visual y existen miles de estudios de las molestias e incluso consecuencias a la salud humana que pueden causar. Es una causa de la urbanización que deriva en consecuencias ambientales por lo que debería ser de más preocupación.