EFE / Un grupo de científicos de Baleares ha iniciado un estudio de seroprevalencia que permitirá conocer qué proporción la población adulta de las islas está contaminada del coronavirus y, sobre todo, cómo evoluciona la llamada «inmunidad de grupo» frente a la COVID-19 en Baleares.
Esta investigación centrada en el archipiélago, que empezó a prepararse antes del estudio estatal cuyos primeros datos se han conocido esta semana, va más lejos que el informe nacional porque no se limitará a describir la situación en un momento concreto, sino que permitirá conocer cómo evoluciona y puede ayudar en la toma de decisiones frente a la COVID-19 sobre los posibles pasos a dar en vacunación o medidas de distanciamiento.
«Interesa saber qué proporción de población está inmunizada, porque, cuando es muy elevada la población que ya está protegida, le es muy difícil al virus encontrar los contactos para poderse difundir», explica a Efe el investigador principal del proyecto, el doctor Joan Llobera.
Conocer además cómo evoluciona esa posible inmunidad de grupo (o «de rebaño» según la nueva terminología importada) servirá para plantear la necesidad o no de una cobertura vacunal, entre otras cuestiones.
«La seroprevalencia es fundamental saberla para tomar las decisiones más adecuadas», recalca el especialista, que recuerda las dudas sobre la estrategia adoptar que hubo al principio, con países como el Reino Unido o Suecia que se plantearon dejar que se expandiera la epidemia para ir consiguiendo la inmunidad pero lo han ido corrigiendo con medidas clásicas de distanciamiento.
«Aquí no ha pasado, estamos en prevalencias del 2 al 5 % y llegar a prevalencias mucho más altas tendría un coste brutal en vidas y en colapso de servicios», detalla Llobera.
Asintomáticos
El grupo de investigadores -formado por dos epidemiólogos, microbiólogos, hematólogos y cuatro inmunólogos-, con Antoni Gayà como coinvestigador principal, estudia muestras de población sana de Baleares, asintomática, para determinar cuántos han contraído la infección.
Buscan anticuerpos, que son la respuesta inmunitaria de cada persona ante un contagio de coronavirus, a partir de muestras del «biobanco» del Instituto de Investigación Sanitaria de Baleares, IdISBa.
Para tener suficiente precisión en la estimación inicial, el estudio ha arrancado con muestras de 1.300 personas, a las que prevén sumar entre 360 y 400 cada mes. Como las muestras están «anonimizadas» de origen, los científicos sólo saben la edad, el sexo y el código postal de las personas cuyas muestras analizan.
«Tendremos una muy buena estimación de la prevalencia de la infección por COVID en población que no ha tenido síntomas.El proyecto es para un año, haciendo un análisis de tendencia, por medio de un sistema de monitorización semana a semana y mes a mes, para conocer cual sería la evolución de esta seroprevalencia», explica el doctor Llobera.
Se prevén datos de prevalencia baja, al partir de muestras de personas sanas y que en los días previos a la muestra no han tenido síntomas. «Esperamos que sea un poco más baja incluso que la ofrecida por el estudio del ministerio, pero lo interesante es ir acumulando información para saber cómo evoluciona la seroprevalencia de grupo».
La relevancia de conocer si se avanza hacia la inmunidad de grupo será especialmente importante en octubre, cuando empiecen los cuadros de gripe. «Será interesante ver si por entonces está estabilizada o va aumentando e ir sabiendo en que situación nos vamos encontrando», añade el epidemiólogo.
Rebrote
Estudiar la evolución supondrá conocer cómo ha arrancado la inmunidad a la COVID-19 en Baleares, «cómo se desarrolla en verano y, si en otoño hay rebrote, ver cómo se detecta en la población».
Llobera destaca que la investigación que han planteado es «relativamente simple y más barato que montar un estudio de campo» y consideran que analizar toda la información que obtendrán «puede rendir bastante y de forma eficiente».
Este estudio es uno de los siete seleccionados por el IdISBa, que lo financia para reforzar la lucha contra la enfermedad de la COVID-19. «Hemos solicitado ayuda para este año pero esperamos que se pueda prolongar para ir viendo toda la evolución a lo largo de toda la posible pandemia».
A partir de una completa descripción inicial de la seroprevalencia, los investigadores harán un informe de progreso cada tres meses que compartirán «con las diversas instituciones sanitarias que pueden tomar decisiones en este campo, por si puede ser útil» e incluso en publicaciones científicas.
«Pienso que la COVID es una carrera de fondo. No es sólo ver cómo arrancamos, sino cómo va a evolucionar, porque nos va a condicionar un par de años al menos», concluye Llobera.