Alrededor de 1.200 personas han salido hoy a la calle en Ibiza para reclamar un cambio de modelo turístico. «Hay que poner límites al turismo, queremos unas vidas dignas en Ibiza y Formentera, urge cambiar el rumbo», son algunos de los mensajes que han lanzado en la movilización convocada por la Plataforma Canviem el Rumb, que ha incidido en las consecuencias de la masificación, en el drama de la vivienda y en la situación crítica de recursos como el agua.
Desde las 18 horas los participantes en la protesta han ido concentrándose en el parque de la Paz, donde se habían organizado diversos talleres de elaboración de pancartas, de estampación en tela o de chapas, en los que se han ido plasmando algunos de los mensajes que se han lanzado durante la protesta.
‘Por un alquiler digno’, ‘Agua para cultivo’, ‘Posidonia, pulmón del Mediterráneo’, ‘El turismo es ecocidio’, ‘Tu huella turística deja cicatrices incurables’, ‘Les serps no són l’unica plaga a Eivissa’, ‘Qui estima Eivissa no la destrueix’, ‘Eivissa serà la tomba del turisme’ o ‘Eivissa per qui l’habita, no per qui la visita!’ son algunos de los lemas que se han podido leer en esas pancartas.
Conforme ha avanzado la tarde, que ha estado animada también por la música interpretada en directo, el número de asistentes a la convocatoria ha ido creciendo y minutos antes de las 20 horas ya eran varios centenares de personas las que se encontraban en el lugar.
«Urge cambiar el rumbo» para tener «unas vidas dignas»
Sobre las 20.15 horas ha dado comienzo la lectura del manifiesto, en el mismo parque de la Paz. «Nos encontramos en las calles para decir alto y claro que hay que poner límites al turismo, que queremos unas vidas dignas en Ibiza y Formentera y que urge cambiar el rumbo», ha comenzado la intervención realizada por miembros de la plataforma.
Han señalado que la fecha elegida para la protesta coincide con el Día Mundial del Turismo «por su carga simbólica». «Porque las personas que vivimos en las Pitiusas somos conscientes de que hace tiempo que estas islas han sido puestas al servicio de una industria turística basada en un modelo depredador que ha acelerado la crisis social y ecológica, cuyas consecuencias forman ya parte de la cotidianidad de la sociedad», han destacado.
En este sentido, han subrayado que esta temporada, «además de las problemáticas ya habituales de playas masificadas y privatizadas, invasión de espacios naturales, degradación de las praderas de posidonia, atascos en carreteras y aguas marinas contaminadas», «se han secado numerosos pozos de la isla, la payesía no ha podido regar sus cultivos y Formentera ha entrado en alerta hídrica».
«Todo esto mientras las administraciones permiten regar jardines tropicales de casas de lujo, construir más villas con piscina y utilizar las reservas de los acuíferos por parte de las instalaciones turísticas», han apostillado.
Además, se han referido también a la arribada de hasta cuatro cruceros en un solo día», a la presencia de numerosos megayates y a que Ibiza haya ocupado el tercer puesto del ranking europeo de llegada de jets privados, «a pesar del nefasto impacto medioambiental y social» que esto genera sobre un pequeño territorio y un entorno «que sufren la presión humana más alta de todo Baleares y de todo el Estado».
El drama de la vivienda también sido protagonista, pues han subrayado que este verano la isla ha sido noticia incluso a nivel internacional por la proliferación de asentamientos de trabajadores y trabajadoras «que no pueden permitirse, ni siquiera con dos trabajos, pagar un alquiler». Una situación, han insistido, «que contrasta con la construcción sostenida de villas de lujo por toda la isla».
«La expansión descontrolada de la vivienda turística, legal e ilegal ha generado un aumento exponencial del precio del alquiler y la compra de vivienda que está provocando un verdadero empobrecimiento de las familias, muchas de las cuales se han visto forzadas a irse de la isla. ¿Cuántas de aquí tiene amistades y familiares que han tenido que abandonar Ibiza o Formentera?», han preguntado.
Han indicado que durante años se ha dicho «que el turismo generaba riqueza, prosperidad y progreso», pero han cuestionado «dónde está esa riqueza» porque, han indicado, los habitantes de Ibiza y Formentera pierden calidad de vida y los servicios sociales, especialmente los sanitarios y educativos, son «cada vez más precarios». «¿Realmente pensamos que el turismo de lujo será mejor, si ya sabemos que este tipo de turismo tiene un impacto ecológico bestial y encarece y precariza aún más nuestras condiciones de vida?», han planteado.
15 propuestas para «encarrilar la situación»
Pese a todo esta situación, han asegurado que creen que todavía «es posible encarrilar la situación» y para ello han planteado un total de 15 propuestas dirigidas precisamente a cambiar el rumbo que han resumido con lemas como ‘Casas para vivir y no para el turismo’, ‘Menos Fitur y más futuro’ o ‘No queremos, no queremos, una isla de cemento».
Dichas propuestas pasan, en primer lugar, por limitar la llegada de aviones y prohibir los jets privados, la llegada de cruceros y la circulación de megayates y embarcaciones de gran cilindrada, así como limitar la circulación de vehículos de alquiler y mejorar el transporte público.
También han reclamado regular el precio del alquiler de la vivienda y declarar todos los municipios de las Pitiusas como zonas tensionadas; erradicar las viviendas turísticas ilegales y terminar progresivamente con las legales para recuperar su uso residencial y de alquiler de larga duración; restringir la compra de casas por parte de personas no residentes; aplicar una moratoria urbanística y que no se derogue la moratoria de nuevas plazas turísticas vigentes.
El listado de propuestas incluye también recuperar los espacios públicos y terminar con la privatización y mercantilización de las playas, y realizar controles y auditorías del consumo de agua del sector turístico y «poner fin a sus privilegios». «Exigimos un cambio radical en la gestión del agua», han reclamado.
Asimismo, han instado a limitar los macro-eventos a aquellos que verdaderamente reviertan de forma positiva a la sociedad ibicenca y no dañen el medio ambiente; proteger el comercio cotidiano y de proximidad; acabar con la promoción turística de Ibiza y Formentera con dinero público, y dejar de costear con dinero público el sobredimensionamiento de infraestructuras para cubrir demandas del turiusmo. «¡Que las carreteras, depuradoras y desaladoras, las pague el turismo!», han dicho.
Por último, han exigido condiciones laborales dignas y justas para los trabajadores y trabajadoras del sector turístico; medidas efectivas de protección y conservación de los espacios naturales y políticas públicas dirigidas a satisfacer las necesidades de descanso y ocio de la población local de Ibiza y Formentera.
Llamamiento para que «todo el mundo» se sume al cambio de rumbo
Desde la plataforma, han hecho a continuación un llamamiento para que «todo el mundo se sume a ese cambio de rumbo». «El decrecimiento turístico es una demanda que hacemos a las administraciones, pero también es una apuesta valiente que debemos hacer entre todas. Con esta manifestación de hoy, con el trabajo que hemos hecho y el que queda, queremos abrir un camino lleno de esperanza», han señalado.
Han agregado que este camino se inicia «en alianza con territorios que sufren problemas similares» y han reivindicado la necesida de realizar «un ejercicio de memoria colectiva» para recordar «cómo era la vida antes de que hubiera un crecimiento turístico ilimitado y destructivo» e imaginar «cómo es la vida que podría ser».
«Inspirémonos también en las luchas ganadas en otros momentos; recordemos la lucha por la protección de Ses Salines, contra la destrucción de Cala d’Hort, y contra las prospecciones marítimas de hidrocarburos. Como dice la canción: ‘Sa serena cau menuda i arriba que tot té fi’. Quizás, queremos creer, los años del turismo depredador en Ibiza y Formentera ya han llegado a este final. ¡Organicémonos para cambiar juntas el rumbo! ¡Pongamos límites al turismo!», han concluido.
Inicio de la manifestación por las calles de Ibiza
Finalizada la lectura del manifiesto, sobre las 20.40 horas, ha comenzado la manifestación que recorre las calles de Ibiza. Tras una gran pancarta en la que se podía leer ‘A Eivissa i Formentera, posem límits al turisme’, marchaban alrededor de un millar de personas, que se han sumado a la protesta.
‘Turismo masivo, yo dónde vivo’, ‘Ibiza no se vende, Ibiza se defiende’, ‘Eivissa és per viure, no pels turistes’ son algunos de los lemas que han coreado los manifestantes durante el recorrido, que les ha llevado por las calles del centro de la ciudad hasta la zona de es Martell, en el puerto de Ibiza.
Gracias al turismo Ibiza llegó a ser lo que es, y ahora cuatro perro flautas reniegan de ese tursimo. Y además con medidas absolutamente marxistas y acomplejadas. Estos son los que han atacado barcos de lujo y aviones privados con pintura, en una clara muestra de envidia y resentimiento. Por supuesto que hay que controlar el turismo pues la decadencia de Ibiza es total de pero ojo, que Ibiza sin turismo no sería nada de nada. Y muchos ibicencos viven gracias al turismo.
Cuatro perro flautas?vaya pandereta
Yo, como muchos otros más, hemos conocido lo que fue esta isla y lo que la hizo especial. No te puedes hacer una idea porque por el comentario que has hecho se nota tu juventud y profunda ignorancia vital. Ibiza ya no es esa Ibiza. Ibiza es un parque de atracciones para gente con dinero, con mucho dinero y gente sin mucho dinero. Lo puedes encontrar todo al nivel que quieras. No hay control y muchas consecuencias para personas “normales”. Yo salgo de viaje simplemente para encontrar y relacionarme con entornos humanos normales.
La verdad es que la solución es dramáticamente difícil. Es evidente que no tenemos a la población a favor, según tu esmerado comentario, ni las autoridades que gobiernan el rumbo de nuestras administraciones para cambiar a una isla humanamente normal. No hay suficiente control policial, ni medios judiciales y los delincuentes (de la calle y de dentro de las instituciones) se aprovechan claramente.
Somos ya como cualquier centro histórico de ciudades emblemáticas, nos falta es Starbucks, pero ya llegará.
Somos un imán de la peor gentuza que pueda venir y un criadero de jóvenes que no saben de dónde vienen y mucho menos a donde vamos.
Obviamente los residentes que tenemos hijos nos intentamos responsabilizar de su futuro. Hay quien no tiene más responsabilidad que llenar el depósito de su coche y flipar con sus allegados. Sin responsabilidad alguna y viviendo el día a día sin pensar en un mañana, que lo hay. Este, entre otros motivos, es el porqué nos vamos a la mierda.
Hay que leer el artículo antes de opinar. No solo ver las fotos, que se nota que solo leéis tebeos porque está lleno de dibujos y pocas palabras y los libros os dan grima. La mente se vuelve débil y manipulable.