Un joven de 29 años que sufrió heridas gravísimas a consecuencia de una caída desde una altura de dos plantas el pasado 21 de junio desde un hotel de la calle Carles Roman Ferrer de Ibiza (Platja d’en Bossa) ha conseguido salvar su vida gracias a la rápida intervención del 061 en esta emergencia y al trabajo de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario, que ofrece hoy todos los detalles de la escalofriante intervención de 10 horas a la que fue sometido y otros aspectos de su tratamiento y posterior recuperación.
Todo empezó con la caída accidental, que le provocó un traumatismo craneoencefálico grave, así como traumatismos de tórax y de abdomen cerrado y politraumatismos graves. El equipo del 061 lo estabilizó y evacuó a la Policlínica Nuestra Señora del Rosario.
Una vez en Urgencias, el personal médico de la Policlínica detectó que, además de las lesiones mencionadas, el paciente no podía respirar y necesitaba una intervención urgente para liberar sus pulmones.
La cirujana general, Paula Martínez, le realizó un drenaje pulmonar de urgencia. «De no haber sido así, el paciente habría fallecido», alertan.
Radiología detectó entonces «un edema cerebral además de un compromiso vital del tronco encéfalo que precisa intervención de neurocirugía de urgencia». La cirugía consistió en una craniectomía descompresiva para aliviar la presión intracraneal.
Intervención quirúrgica impresionante
Con un pronóstico muy grave, el paciente entró en el quirófano, donde le explantaron parte de la calota craneal (la bóveda craneal) y la alojaron en el abdomen para una posterior reimplantación. Con esta intervención se controló la excesiva presión intracraneal, fruto de las lesiones cerebrales derivadas del traumatismo.
La intervención la realizaron en conjunto los servicios de Neurocirugía (Llinàs y Bartschi) y Cirugía Maxilofacial (Miera y Vert). Dicha intervención se prolongó alrededor de unas 10 horas.
El paciente tenía completamente fragmentado todo el macizo facial, la bóveda craneal y la base del cráneo.
«La cara podía separarse completamente del cráneo porque no existía ningún hueso íntegro«, describen desde la Policlínica.
El doctor Patrick Bärstchi lo explica claramente: “Lo que le salvó vida, paradójicamente, es que los huesos de toda la cabeza estallaron en mil pedazos, porque la energía para romper tantos fragmentos de la cara y cráneo es energía que no se transmitió al cerebro”.
“Para la reconstrucción del puzzle –comenta el Dr. Llinàs– procedimos a extirpar cada uno de los fragmentos del cráneo y los numeramos. Una vez expuesto el cerebro continuamos reparando la base del cráneo con diferentes materiales para separar las meninges cerebrales y el tejido cerebral de los senos paranasales, que siempre son foco de infección. Una vez sellada la fosa craneal anterior, entre ambos equipos fuimos reconstruyendo las órbitas, el cráneo y finalmente los huesos de la cara, mediante multitud de miniplacas de titanio”, relata sobre esta operación escalofriante.
Recuperación favorable y sin secuelas
Pocos días después de la cirugía el paciente estaba consciente y hablando. «La respuesta fue favorable, precoz y sin secuelas neurológicas», valoran desde la Policlínica.
“Un cerebro joven con una rápida intervención, cuando se desinflama, no tiene por qué tener secuelas graves”, asegura el doctor Bärstchi.
Una vez estabilizado de ambas cirugías, el paciente fue sometido a la última intervención para tratar la fractura del fémur por los traumatólogos. Esta fractura, aseguran los cirujanos, “también le salvó la vida, porque la energía al romperse el fémur no se transmitió a la columna vertebral. Tuvo una doble lotería, sus lesiones en la cara y en la pierna, le salvaron la vida, no le dejaron parapléjico”.
«Todo fue coordinado como una orquesta. La capacidad de los equipos multidisciplinares de Policlínica (Cuidados Intensivos, Urgencias, Cirugía general, Anestesiología, Neurocirugía, Radiología, Cirugía maxilofacial y Traumatología) permitieron que este hombre salvara su vida sin secuelas y sin complicaciones. El resultado estético facial cuando el paciente se marchó de alta fue excelente», valoran desde la Policlínica Nuestra Señora del Rosario.