Una ex auxiliar geriátrica de Sa Residència Colisée Ibiza (un centro denunciado públicamente por las familias de residentes por negligencias y trato deficiente, tal y como avanzó Noudiari el pasado sábado), ya dejó constancia, mediante una denuncia en agosto de 2021, de la «lamentable asistencia» que estaban recibiendo los residentes.
«No puedo ser cómplice por más tiempo», escribía entonces esta auxiliar, ya jubilada, en un escrito de denuncia entregado a la dirección del centro.
Además de tener acceso a su escrito, Noudiari ha hablado con ella, que confirma, además, que esta denuncia se produjo cuando los ancianos estaban confinados por la pandemia de Covid en sus habitaciones y no podían recibir apenas visitas ni estar más atendidos por los familiares.
«Gracias a que se abrieron las puertas y se volvió a la normalidad, las familias pudieron entrar y constatar lo que estaba sucediendo de puertas para adentro», relata a Noudiari.
Tras presentar el escrito, desde la dirección le prometieron que «las cosas cambiarían», pero han ido «a peor», tal y como ha podido comprobar por las denuncias recientes (y no tan recientes) de las familias.
La denunciante explica en su escrito que ya había dejado constancia del malestar mediante el buzón de sugerencias, pero que, a la vista de que todo empeoraba, decidió contactar con la dirección del centro.
«El constante paso de auxiliares» conllevaba ya entonces «un deterioro en la atención de calidad a los y las residentes del centro». «A eso se suma la falta de organización y la nula explicación de las características de cada residente al nuevo personal, el ratio excesivo por cada auxiliar, anulando cualquier tipo de interactuación con ellos por falta de tiempo», señalaba.
Añadía a su denuncia que «la falta de cribaje en la elección de personal, especialmente el auxiliar, y el nulo control de sus actuaciones con los residentes», provocaba en estos «un malestar constante y mutismo por temor a represalias«, subrayaba.
Todo ello generaba entre los residentes «malestar y desaliento«, algo que se vio agravado por el Covid, ya que les obligaba a estar confinados en sus habitaciones.
La ex auxiliar reclamaba a la directora de entonces «que lo comunicase con el fin de solucionar la situación y que tomase urgentemente medidas drásticas».
«Por mi parte, si la situación sigue por los mismos derroteros, me veré obligada a poner en conocimiento público la situación, tanto a familiares como a los organismos necesarios y a tomar todas las medidas que sean oportunas para que los residentes tenga la atención de calidad humana que se merecen», concluía el escrito. Ahora, más de un año después de remitirlo a la dirección, solo espera que las administraciones actúen de una vez para solucionar esta emergencia social y sanitaria.
Yo hablo desde el punto de vista de un inquilino que vive en uno de los apartamentos privados que hay en el complejo.
Desde que cambio de propiedad la residencia a nosotros los inquilinos de los apartamentos ya hemos notado la dejadez de todo.
Empezando porque el complejo de noche esta la mayoría de los dias a oscuras, que se va el agua caliente por dias. Te quejas y nadie sabe nada y todos se esconden.
Si esto pasa con nosotros que somos personas que podemos quejarnos que no harán con los pobres abuelos.
Sin ir mas lejos mas de una vez desde mi apartamento escucho gritos de abuelos durante mas de 15 o 20 min.
Otra anécdota es que llegando un dia al complejo veo a una señora andando fuera del complejo y no le doy mas importancia, segun aparco y entra a los apartamentos estan las enfermeras como locas diciendo que se les a escapado un abulea, y yo les digo que he visto una señora caminando fuera del complejo. Y efectivamente esta era la mujer que buscaban.
Pues asi no se cuantas mas cosas pasaran