@D.V./ El Cala Millor parte del puerto de Vila a la una del mediodía pero sus pasajeros han sido citados tres cuartos de hora antes. El objetivo es encontrarse con el Rainbow Warrior y acompañarle durante sus últimas millas antes de alcanzar tierra pitiusa. En el Cala Millor hay representantes de las asociaciones que forman parte de la Alianza Mar Blava y el ambiente es de alborozada expectación. “Esta salida es un regalo para la gente que ha estado trabajando duro estos días preparando la llegada del Rainbow Warrior, y también es un regalo para quienes nos visitan. una forma alegre de darles la bienvenida” comenta Sandra Benbeniste, portavoz de la Ibiza Preservation Found.
Uno de los pasajeros del Cala Millor es el técnico ambiental del Consell Jaume Estarellas, que representa al Consell Insular de Eivissa, que también forma parte de la Alianza. A pesar del visto bueno que han recibido los sondeos sísmicos en Canarias por parte del Ministerio de Medio Ambiente, Estarellas mantiene su optimismo sobre las posibilidades de parar las prospecciones en el golfo de Valencia: “Los argumentos que hemos presentado son solidísimos, argumentados, muy difíciles de rebatir”, aunque admite que esta ofensiva por parte de la industria de los hidrocarburos llega en un momento muy sensible: “Estamos en guerra. Queda poco para alcanzar el conocido como ‘peak oil’ y ha llegado el momento de plantearnos seriamente el cambio de modelo energético. Y en estos momentos decisivos, la indústria de los combustibles fósiles está lanzando su última ofensiva, un ataque con todas sus fuerzas para mantener su modelo energético hasta el último minuto. Sus lobbies de presión están más activos que nunca”.
De frente ante un barco de leyenda
El pailebote parte a la una del mediodía de Vila y a los pocos minutos, en perpendicular a Cap Martinet, se distingue el perfil inconfundible del Rainbow Warrior, un velero bellísimo y estilizado, de 58 metros de eslora y cinco velas sostenidas en unos mástiles que alcanzan los 54 metros de altura. Al acercarnos, se distingue con claridad su casco pintado de color verde con el nombre de ‘Greenpeace’ y el logo de un albatros blanco dejando tras de sí una estela con los colores del arco iris. Muchos pasajeros del Cala Millor se concentran en la proa para ver de cerca a la mítica embarcación. Los más pequeños están con la boca abierta, con la muda excitación de quien ve a los Reyes Magos en la cabalgata. “Es muy muy bonito, es una pasada de barco” comenta Marga Serra, bióloga marina, que no puede evitarse hacer un selfie para inmortalizar el momento.
Son las dos del mediodía y la tripulación del Cala Millor contacta por radio con el Rainbow Warrior: “Hello. Welcome to Ibiza, bienvenidos a Ibiza, benvinguts a Eivissa”. El buque de Greenpeace llega procedente de su base en Rotterdam, y ésta en una de sus primeras paradas antes de emprender un viaje por el Mediterráneo y finalizar en el Oceano Índico, donde le esperan otras batallas ambientales.
Para la organización ecologista, la lucha de las Balears contra las prospecciones no le es ajena: “Conocemos bien a Cairn Energy” comenta Julio Barea, portavoz en España de Greenpeace, “una de nuestras batallas más importantes es contra las prospecciones petrolíferas en el Ártico, cuya principal impulsora en Cairn. Conocemos su escasa sensibilidad ambiental y la importancia de parar sus proyectos en el Mediterráneo”. Barea recuerda también que uno de los barcos de Greenpeace, el Arctic, ha sido retenido durante ocho meses por las autoridades rusas en el puerto de Murmask: «Seguimos siendo incómodos para ciertas autoridades».
Toca reagruparse
Son las dos de la tarde y no hay rastro de la flotilla de barcos que debía acompañar al Rainbow Warrior en su entrada a puerto. Los organizadores reconocen que ha habido un error: la flotilla está en el punto de partida acordado, cerca del islote de s’Espardell, pero el Cala Millor se ha desviado de la ruta para seguir al Rainbow Warrior y ha terminado en la perpendicular de Cap Martinet y Roca Llisa. Es el momento de cambiar de rumbo y reagruparse.
De regreso a puerto, la portavoz del GEN, Neus Prats, comenta lo importante de esta campaña pero no puede evitar cierto escepticismo: “Por desgracia, teniendo en cuenta la gente que nos gobierna, hay poco que hacer. Con estos en el poder, está todo perdido. La única forma posible de salvar esto es cambiar a los responsables políticos, especialmente a los que ahora están en el Ministerio de Medio Ambiente”.
Cerca de la bahía de Talamanca una flotilla de veinticinco embarcaciones, con barcas, zodiacs, llaüts y un par de veleros, se incorpora a la comitiva marina y saluda al Rainbow Warrior. El ambiente es de euforia. Desde algunas barcas se despliegan pancartas en contra de las prospecciones y a favor de las renovables, saludan a los tripulantes y a los miembros de Greenpeace, suenas las sirenas. Incluso, sorprendentemente -en una escena surrealista- se une a la comitiva el ex party boat pirata Mojo, que se añade a la flotilla y entra también a puerto con el grupo. Ahora toca descansar. Este jueves hay encuentro con la prensa y, depsués, jornada de puertas abiertas a todos los ciudadanos de Ibiza. Luego, el Rainbow partirá ya que, como dice Julio Barea: «Su destino es navegar».
Mil gràcies a l’organització que sempre intenta estar on la necessiten i lamentablement ara mateix necessitem la seva força mediática més que mai. Benbinguts a eivissa.