NouDiari / Adriana, una joven de 25 años de Formentera, se convierte en ejemplo a seguir para la Fundación Josep Carreras contra la leucemia, al compartir su historia como donante de médula ósea y animar a más personas a salvar vidas.
Este lunes, la redes de la Fundación hacían público en texto escrito por Adriana, un sincero mensaje que en un par de días ha obtenido cerca de 5.000 ‘me gusta’, más de 600 comentarios de agradecimiento y admiración y se ha compartido más de 1.000 veces.
Y es que, esta joven es donante de sangre desde los 18 años y en una de esas donaciones le informaron de la donación de médula ósea. «Lo primero que pensé era que debía de doler mucho y que seguro que habría muchísimos riesgos para el donante. Suerte que me informé, qué equivocada estaba. Así que a los 23 años me inscribí en el REDMO como donante de médula ósea. Dos años después, en este 2020 tan horrible, una llamada me llenó de ilusión. Era compatible con un paciente y querían saber si estaba dispuesta a seguir adelante. Por supuesto», relata Adriana.
Esta residente de Formentera tuvo que desplazarse a Ibiza para realizarse las pruebas y verificar la compatibilidad con el paciente. «Me recibieron con la frase: ‘Enhorabuena porque vas a salvar una vida’. Y allí empezaron las lagrimillas. Empecé a ser plenamente consciente del regalo que iba a hacer».
Tras confirmase su compatibilidad le llamaron de REDMO para acompañarle e informarle durante todo el proceso. También le ayudaron a preparar todo para trasladarse a Mallorca para la donación.
Al ser durante la pandemia tuvo alguna complicación extra. Poco antes de viajar a Mallorca estuvo en contacto con un positivo, así que tuvo que retrasarlo unos días hasta comprobar que no tenía el coronavirus. «Un par de semanas después y tras 3 PCR negativas, ya estaba lista para prepararme para la donación. En mi caso doné por aféresis así que tuve que preparar a mi cuerpo con 2 inyecciones diarias durante 5 días. Parece complicado, pero fue pan comido», explica.
El proceso duró 4 horas y aunque admite que estaba nerviosa y la noche ante le costó conciliar el sueño, agradece a todo el equipo de profesionales que le atendieron. «Todo fue genial, no sentí ningún dolor, solo la molestia del pinchazo al poner las vías», relata.
«Por la Fundación sé que muchos están solos durante el aislamiento debido a la maldita pandemia. No me quiero imaginar lo duro que tiene que ser enfrentarse a todo este proceso solo. Por suerte, la Fundación no solo nos ayuda a los donantes, y es que están en todo. Han lanzado una campaña donde podemos dejar mensajes de ánimo a los pacientes. Me parece una iniciativa tan bonita. Podéis sumaros dejando vuestro mensaje en www.fcarreras.org/juntosenesto», añade Adriana.
El motivo de compartir su historia es la de ayudar a resolver dudas y animar a más personas a donar médula ósea. «Yo también pensaba que era algo peligroso y que me pondría en riesgo a mi misma. Incluso confundía la médula ósea con la médula espinal. Pero suerte que hay tantísima información y está toda disponible en la web de la Fundación Carreras», añade.
Por todo esto, Adriana siente que ha podido «hacer magia y regalar vida» y recuerda que «juntos, somos imparables».