«Antes o después algo iba a pasar aquí. Esta noche hemos pasado muchísimo miedo». María, ojerosa y cansada tras pasar una noche en vela desalojada de su propia vivienda, explica que ha sido vecina durante más de 20 años de la nave que ardió anoche junto a la carretera de Sant Josep y que obligó a desalojar a varias familias. Ha pasado la noche en casa de familiares temiendo que las llamas alcanzasen su vivienda.
A primera hora de hoy, los Bomberos del Parque Insular de Ibiza, exhaustos, tiznados de pies a cabeza y sonrientes a pesar de todo porque han evitado una desgracia que podría haber sido colosal, relatan que se quedaron ayer estufectados ante la virulencia de las llamas y ante la cantidad increíble de enseres que guarda este macro-almacén: desde muebles a esculturas gigantes pasando por mobiliario de jardín y restauración, embarcaciones de pequeño tamaño y hasta un gimnasio con decenas de aparatos. Maderas, plásticos y todo tipo de materiales apelotonados sin ningún tipo de seguridad.
— ⚕️Angel David 🇪🇸 (@angeltem) August 6, 2021
Esta nave actúa no solo de almacén de enseres de empresas sino de personas particulares e incluso hay un cartel de la empresa Adomeit, especializada en transporte, almacenamiento y mudanzas nacionales e internacionales.
También se puede ver un cartel de Powerboats Servicios Náuticos, lo que explicaría la presencia de embarcaciones, motores y materiales inflamables que han avivado las llamas como pinturas, disolventes o baterías.
El techo de la nave, sostenido por una estructura metálica, se ha venido abajo por completo. Ya solo quedan hierros retorcidos. Después de más de ocho horas de trabajo por parte de los bomberos, todavía humea la estructura y es más que probable que la fachada posterior se venga abajo al no tener ya sustento.
Este incendio ha sacado a la luz un problema latente desde hace más de 30 años. Esta nave albergó una sede de la carpintería Huedo y Alba, denunciada por los vecinos por molestias de ruido, presencia de maquinaria pesada y por la suciedad que causaba, ya que la nave no está en un polígono o alejada de viviendas sino literalmente puerta con puerta con casas privadas y su actividad era completamente ilegal.
Una vecina indica a Noudiari que la hermana de la periodista Concha García Campoy, que tiene una casa pegada a la nave, denunció a la carpintería y no fue la única vecina que lo hizo. Según indican los afectados, sobre esta nave pesan varias sentencias y al menos una parte tendría que haberse derribado hace años.
«Pero ha seguido en marcha y aquí legal no hay nada», comenta María. «Ni siquiera limpian la hojarasca seca de los árboles que rodean la nave y, es más, hay siempre tránsito de gente entrando y saliendo e incluso alguna persona viviendo aquí. He visto hasta colillas tiradas en el suelo y encendidas», relata tras 20 años de problemas con este incómodo «vecino».
Buscando en la hemeroteca se puede comprobar que en el año 2006, la magistrada del Juzgado de lo Penal número 2 de Ibiza, Martina Rodríguez, condenó a Francisco Alba, propietario de la carpintería Alba, a ocho meses de prisión y al pago de 3.000 euros de indemnización a cada uno de los seis denunciantes por un delito de desobediencia a la autoridad. Al no tener antecedentes, el propietario de la carpintería no ingresó en prisión, según informaba entonces Eugenio Rodríguez en Última Hora Ibiza.
La magistrada dio por probado que el propietario de la carpintería, que consiguió una licencia por entonces tras 16 años de actividad ilegal, eludió el precinto que el Ayuntamiento de Sant Josep había puesto en su maquinaria y siguió trabajando con maquinaria nueva adquirida ex profeso.
Ya en marzo de 2000 Sant Josep «dio un plazo de dos meses a la propiedad de la carpintería para cesar su actividad al amparo de una sentencia anterior del TSJ por la cual se denegaba la licencia. Al no cumplirse, el Consistorio ordenó en diciembre de ese año el precinto», informaba en 2006 UH.
La fiscalía llegó a pedir una pena de ocho años de inhabilitación especial para empleo o cargo público para el ex alcalde de Sant Josep, José Serra Escandell, por dos presuntos delitos de prevaricación, previstos y penados en el artículo 404 del Código Penal por su actuación en el caso de la Carpintería Huedo y Alba, además de pedir la declaración de nulidad de la legalización del edificio y su demolición. El fiscal aseguraba que el ex alcalde incumplió varias sentencias y por lo menos cuatro normativas.
Según ha podido saber Noudiari, el propietario original de los terrenos donde se construyó la nave era el propio Serra Escandell.
«La entidad Huedo y Alba llevaba a cabo una actividad de taller de carpintería y de venta de muebles, para lo cual había pedido una licencia de apertura en 1991. En julio de 1993 el Ayuntamiento le denegó este permiso, ya que no se ajustaba a la legalidad urbanística. También se acordó el cese inmediato de la actividad por carecer de licencia. Fue entonces cuando la empresa recurrió por vía contencioso-administrativa sin éxito. En ambos casos las sentencias, tanto por el tema urbanístico, como por el de la licencia de apertura, fueron confirmadas por el Tribunal Supremo», informana en su día Claudia Roig para Última Hora.
A pesar de todo esto, la entidad Huedo y Alba continuó durante años «con la explotación de la edificación ilegal con un uso que no estaba permitido» y eso a pesar de que el Consistorio tenía constancia de las continuas quejas vecinales por ruidos, que molestaban al vecindario. A pesar de que el alcade tenía que detener y sancionar esta actividad sin licencia, la toleró.
Décadas después de las órdenes de demolición y cese de actividad el almacén ha ardido y puede que esta desgracia signifique el final de la pesadilla de los vecinos.
¿Casualidad, o causalidad?
Seguro que las compañías de seguros -si las hay aquí- van a tener que investigar a fondo…
Las compañías de seguros -si las hay aquí- lo primero que alegarán es que la nave no estaba en regla, no cumplía la normativa vigente sobre prevención y detección de incendios y, con toda razón, se desentenderán del caso y de cualquier posible responsabilidad e indemnización.