@D.V./ La paciencia de los inquilinos de las 36 Viviendas de Protección Oficial de la calle Sant Francesc de ses Salines, en Platja d’en Bossa, se ha agotado. En el año 2010 decidieron optar a unas VPO y se acogieron a las ayudas que, en aquel momento, concedía el Institut Balear de la Vivenda (Ibavi). La subvención -pensada para estimular la compra de pisos y el acceso a la vivienda- consistía en el pago del 10% del valor de la vivienda con un tope de precio de 100.000 euros. La ayuda a percibir, en la mayoría de los casos, basculaba de entre 8.000 y 10.000 euros. Tres años más tarde los vecinos aún no han visto ni un euro y, lo que es peor, han tenido que pagar a Hacienda por una subvención que aún no han cobrado.
La espera, los créditos más los intereses
Algunos vecinos decidieron no declarar a Hacienda la ayuda hasta que no la cobraran, pero en el borrador de la declaración ya figuraba como si hubiesen cobrado. Ahora, su principal temor es que se produzca algun problema de solvencia de las arces públicas y pierdan el dinero definitivamente.
“El Govern ha dicho a Hacienda que el dinero está dado” comenta Iván Magrinyà, uno de los afectados: “Mucha gente contaba con esta ayuda del Govern y pidió un crédito. Nos dijeron que tardaríamos entre tres y seis meses en cobrar. Cuentas con ese dinero, pasan los años, el banco te cobra intereses, llega la mordida de Hacienda y debes pedir dinero prestado. Es una muy mala jugada”.
Una de las vecinas que se encuentra en esta situación es Rosa Alvado, una mujer separada que vive con su hija Lúa: “Pedí dos microcréditos y ya he pagado más de mil euros en intereses y ahora, además, hemos tenido que pagar 1.344 euros a Hacienda por una ayuda que no existe”.
La historia se repite con Dani León y Sandra Stapor, una pareja que ha tenido que pedir dinero a sus familiares porque se encontraban en una situación económica límite: «Hemos decidido no pagar a Hacienda hasta que no cobremos la ayuda, y nos han alertado de que quizás tendremos que pagar un recargo», comentan con preocupación.
El Govern mantiene silencio
Todos los afectados aseguran que el Govern no ha ofrecido ninguna respuesta convincente y que, hasta ahora, su única solución ha sido dar largas. Según los vecinos, la situación era mejor cuando existía la oficina del Ibavi en Eivissa, pero que desde que la oficina se desmanteló sus únicos interlocutores son los funcionarios de Palma que atienden el teléfono, que no son demasiado diligentes y cuyas versiones suelen ser contradictorias.
“A mi me han dicho que la ayuda ya está aprobada y que se tiene que ingresar, pero que está retenida en la tesorería del Govern desde no se sabe cuando”, comenta Sergio Noguera, quien asegura no tener ni idea de cuando cobrará y que también había pedido dinero a sus padres por el quebranto económico que le ha comportado esta situación.
Tres años más tarde, después de pagar los intereses de los créditos y de tener que pedir dinero prestado, estos vecinos sólo piden que se les entreguen las ayudas comprometidas. Tienen los papeles que sostienen sus derechos. Por parte del Govern, de momento, silencio.