@Noudiari / La investigación iniciada a raíz de la detención en Ibiza en verano de 2016 de Pierre Conrad Dadak, el señor de la guerra, sigue su curso en la Audiencia Nacional y poco a poco se van conociendo nuevos detalles de los turbios negocios que este ciudadano de origen polaco y nacido en Francia manejaba desde una mansión de lujo en es Caló d’en Real, Sant Josep de sa Talaia.
El Español publica hoy nuevos datos al respecto y desvela que Dadak traficaba desde la isla con todo tipo de armamento, desde tanques, AK-47, misiles tierra-aire, armamento de todo tipo y hasta submarinos rusos.
Las pesquisas, según destapa este medio de comunicación, con más de un millón de documentos analizados, afectan al comercio internacional de armas en varios países con embargos de Naciones Unidas, a uno de los capos de la mafia marsellesa, a funcionarios y exmiembros de varios cuerpos militares, a un viceministro de Defensa polaco, a una red internacional de sociedades y al menos a cinco gobiernos con sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, sospechosos de intentar comprar armas en el mercado negro. Y todo gestionado de forma discreta desde Ibiza.
De forma paralela y durante 18 meses, El Español ha participado, según explica en su web, en una investigación periodística coordinada por el Organized Crime and Corruption Reporting Proyect (OCCRP), con la colaboración de medios internacionales como Le Monde, TVN o Newsweek Poland, y centrada en la figura de Pierre Konrad Dadaq, el empresario afincado en España y acusado de ser el cabecilla de esta presunta trama.
El protagonista de una red de engaños, negocios opacos y extorsiones que El Español desvelará en los próximos días, y el hombre que pasó de pequeño estafador en París a señor de la guerra, que se movía por medio mundo con pasaporte diplomático y que reconocía en los pinchazos telefónicos frases como estas: «Yo hago el trabajo sucio para los gobiernos». Un buscavidas que se codeó con la élite mundial del comercio de armamento.
Las primeras pesquisas, recuerda El Español, sobre esta operación llegaron a manos del juez Santiago Pedraz el 10 de octubre de 2014 en un sobre sellado. La decisión de enviarlo así fue tomada por el «contenido sensible» de lo que allí se relataba. Lo que empezó como una investigación por extorsión entre empresarios, terminó siendo una trama internacional con información compartida por varias policías europeas (Francia, Alemania, Bélgica, Polonia, Estados Unidos, Suiza y España) y que reflejaba, según las pesquisas policiales, una red interesada en mover armamento de guerra a zonas de conflicto.
¿Su objetivo, según sus propias conversaciones? Países vetados por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como el Sultanato de Oman, la República Democrática del Congo, Líbano o Sudán del Sur. O con sanciones por parte de la UE como Myanmar.
De forma paralela a la investigación judicial, sigue relatando el citado medio de comunicación nacional, abierta por el Juzgado de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, España comenzó a compartir información con el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el organismo encargado del control armamentístico en todo el planeta. Según ha podido confirmar El Esapñol, los contactos se desarrollaron de forma confidencial y culminaron en una reunión en Madrid durante los días 9 y 10 de mayo del pasado año.
Según la tesis de los investigadores, Dadaq habría utilizado sus contactos con la empresa polaca Bumar para distribuir armas en zonas de conflicto vetadas oficialmente para este tipo de negocios. En apariencia, el empresario franco-polaco era un agente comercial, un intermediario que operaba entre la empresa pública polaca, con una plantilla de 17.000 trabajadores, y distintos gobiernos interesados en comprar armas.
Sin embargo, Fiscalía y Policía Nacional investigan ahora si Dadaq desviaba después parte de esos cargamentos a países del África subsahariana y Oriente Medio gracias a un sistema de empresas conectadas que pasaba por territorios como Chipre.
La Audencia Nacional solo detiene a un señor de la guerra en Ibiza? Que suerte tienen los señores de la guerra en Ibiza. 120 Mansiones turbísimas en los ultimos 20 años. De Arabia Saudí a Rusia y solo se cojen 1 de 1 señor.. Las mesas de los ultra reservados estarán un 1% más libres.
No es bueno joderle el negocio al rey