@Pablo Sierra del Sol / El Pla de Corona se convirtió hace unos días en un lago lleno de almendros. La estampa que muchos vecinos de lugar han guardado en fotografías y vídeos es bastante inusual. Hay coroners que solo recuerdan una inundación parecida en las últimas tres décadas.
En la parte baja de la fértil llanura el agua alcanzaba el medio metro de altura. En la zona alta, sobrepasaba los dos palmos. Los caminos interiores que surcan el valle para dar acceso a las parcelas han desaparecido temporalmente, ocultos bajo una charca que ha cambiado el verdor de los campos por los tonos marrones del lodo.
Estas fuertes precipitaciones han llenado pozos y depósitos de agua, compensando de alguna manera la frustración de los vecinos que han visto cómo la tromba anegaba irremediablemente los jardines y almacenes de sus fincas, al igual que ocurrió en la pequeña escuela de esta parroquia sanantoniense, que se inundó por culpa de las goteras.
Las lluvias también tendrán efectos positivos en los acuíferos naturales de la isla, aunque en el caso de Corona el encharcamiento de las raíces puede ser perjudicial para los árboles frutales del Pla, que en un mes y medio deberían florecer. Sin embargo, Miguel Vericad, conseller de Medio Ambiente y Agricultura, prefiere no echar las campanas al vuelo. A pesar del temporal, Eivissa sigue siendo un territorio en alerta de sequía que consume más recursos hídricos de los que puede reponer de forma natural.
«Para salir de la declaración de sequía los indicadores de los pozos tienen que registrar índices positivos durante varios meses. Ahora es precisamente cuando se producen las mayores precipitaciones en Eivissa, entre noviembre y diciembre. Veremos cómo va la cosa durante el resto del año», explica Vericad.
Para el conseller, el mensaje es claro: «Estas lluvias abundantes no tienen que hacer olvidar a la gente que estamos en sequía, el llamamiento del Consell sigue siendo el mismo para que hagamos un uso eficiente del agua y ahorremos todo el líquido posible». Sin ese uso consciente de las reservas hídricas, la imagen del Pla de Corona inundado, como las cascadas de Sant Miquel, el río de Santa Eulària o es Broll rebosantes de agua, se quedará en una simple anécdota.
construyan balsas o depositos de pluviales Srs. que no nos podemos permitir el lujo de perder el agua de lluvia que cae en invierno cuando luego resulta que tenemos sequia en verano. El dinero recaudado de la ecotasa deberia servir para esto.
Se puede decir que el matacabras es un aguafiestas