Nahuel L.A./ Los desahucios de los okupas en sa Penya se están llevando de forma pacífica, pero el concejal de Urbanismo de Vila, Alejandro Marí, no descarta la acción policial en el caso de las familias que se niegan en rotundo a abandonar “la propiedad municipal”. No obstante, Marí se muestra receptivo a la negociación con estas familias y les ofrece la asistencia de los servicios sociales para ayudarles a encontrar una solución a su situación.
“Aquí hay una unidad de acción aprobada que tenemos que ejecutar y evidentemente trabajaremos desde las dos vías, desde los servicios sociales y desde las herramientas que estén en nuestras manos para hacernos con la posesión de estos espacios”, ha destacado Marí que ha añadido que en el caso de que se llegara a producir un desalojo a la fuerza “estarán tranquilos” porque están haciendo todo lo que está “en sus manos” y que “más no podrán hacer”.
En este sentido, ha dicho se llevará a cabo una labor social con cada familia de okupas para que puedan encontrar una vivienda que pueda cumplir con sus respectivas situaciones económicas y afectivas.
El Ayuntamiento ha citado este jueves a nueve propietarios y con esta actuación, ha señalado que termina con la agenda que se había marcado. Asimismo, Marí ha querido recalcar que las actuaciones se están llevando de forma “muy normal” y ha adelantado que la semana que viene hará un resumen de cómo se ha llevado a cabo el desalojo de la zona.
Algunos propietarios se niegan a abandonar sus viviendas
Sobre el mediodía, un grupo de entre ocho y diez propietarios de viviendas, que tienen aún un mes para abandonar sus casas, se han presentado delante del retén de la Policía Local en sa Penya para protestar contra los desahucios y confirmar que no se moverán a pesar del plan de reforma del Ayuntamiento.
La Policía Local ha necesitado un refuerzo de la Policía Nacional que se ha personado en el lugar sobre las 12.30 horas. La Nacional tiene orden de permanecer de forma indefinida en el retén con el objetivo de mantener la tranquilidad con la que, hasta la fecha, han transcurrido las acciones.
A pesar de este hecho puntual, la mañana ha sido pacífica y ha comenzado con los operarios de los servicios municipales transportando, a duras penas, una carretilla cargada de cemento para tapiar una de las casas que ha quedado ya desalojada en sa Penya: el número cuatro de carrer del Retir.
Durante el tapiado de la casa, el concejal Alejando Marí, ha mantenido pequeñas reuniones con los propietarios de las viviendas. El objetivo del regidor ha sido que éstos aceptaran las condiciones que Vila les ofrece. “En mi caso ha sido muy fácil», ha explicado el afectado Juan José Moreno, «el Ayuntamiento me ha dado un día más para retirar mis cosas: no tengo a dónde ir”.
Moreno ha lamentado que lleva “más de 40 años en la casa”, en el carrer Alt número 33, en el que permanecerá hasta mañana con su madre, su mujer y sus dos hijos. “Empezamos a pagar por el alquiler 5.000 pesetas y, cuando comenzó el euro, 50”, ha asegurado y ha añadido que, tal y como están las cosas, no puede permitirse pagar el alquiler de una casa que “ronda los 1.000 euros” porque está en el paro.
Sin embargo, el concejal ha señalado sobre esta vivienda en particular que no son arrendatarios, sino “propietarios” y que se les ha dado, además de una prorroga de un día para desalojar la casa, una cantidad cercana a los 30.000 euros por la propiedad.
El PP no descarta la acción policial para la alcaldesa okupa de Vila
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JUGANDO AL «BRICOMANÍA»
Me acuerdo de niño, los sábados por la tarde, me quedaba en casa de mi mejor amigo a dormir, me cargaba el pijama de goofy, me iba a su casa y nos poníamos los dibujos de chip y chop en la 2 de tve, y luego a veíamos el bricomanía,apuntábamos en un papael para el papá de mi amigo todo lo que nos hacia falta para construir lo que habiamos visto. nos comíamos un bocata de nocilla, a jugar al «supermario» y a dormir.
Cuando nos levantábamos, aquel buen señor nos tenía todo preparado, pero nos salian unos churros de la hostia: las cosas se despegaban, sobraban tornillos, lo que tenía que ser una casita de pájaros era una auténtica mierda… pero no importaba éramos niños y nos divertíamos… lo que no sabíamos por aquel entonces es que el tipo, el presentador de bricomanía es un Vasco con unas manos que parecen disculpando la expresión, (un racimo de poyas) y que encima tiene, caladora, troqueladoras, sierra de ingletar, etc,, y etc, etc,,
ADÓNDE VOY:
Sa Penya lleva así mucho tiempo,DÉCADAS!!!! ,mientras nosotros comíamos turrones y celebrábamos polvorones, no hagamos una «bricomanía social mal hecha» un chapuceo social y marginal mal hecho de un día, para otro, estamos en el año 2013, las cosas se hacen bien hechas, con proyección, políticas sociales, y de una manera que tenga cordura y con coherencia, ya pasó el tiempo que echaban a los herejes de las juderías, las murrallas de Dalt Vila en más de 2013 años han visto ya de todo.
Spider man a la ibicenca, colgándose desde las murallas de Dalt Vila.
JUGANDO AL «BRICOMANÍA»
Me acuerdo de niño, los sábados por la tarde, me quedaba en casa de mi mejor amigo a dormir, me cargaba el pijama de goofy, me iba a su casa y nos poníamos los dibujos de chip y chop en la 2 de tve, y luego a veíamos el bricomanía,apuntábamos en un papael para el papá de mi amigo todo lo que nos hacia falta para construir lo que habiamos visto. nos comíamos un bocata de nocilla, a jugar al «supermario» y a dormir.
Cuando nos levantábamos, aquel buen señor nos tenía todo preparado, pero nos salian unos churros de la hostia: las cosas se despegaban, sobraban tornillos, lo que tenía que ser una casita de pájaros era una auténtica mierda… pero no importaba éramos niños y nos divertíamos… lo que no sabíamos por aquel entonces es que el tipo, el presentador de bricomanía es un Vasco con unas manos que parecen disculpando la expresión, (un racimo de poyas) y que encima tiene, caladora, troqueladoras, sierra de ingletar, etc,, y etc, etc,,
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