R. Beltrán/ Cientos de residentes en las Pitiüses han sufrido durante este verano el rosario de cancelaciones que la aerolínea Vueling ha realizado en los últimos meses. Cancelaciones que no han sido notificadas con la antelación suficiente y que, en el mejor de los casos, han obligado al viajero a subirse a un avión varias horas después del horario previsto. Escalas que se pierden, citas médicas a las que se llega tarde, reuniones de trabajo al traste, noches de hotel indeseadas… Y, lo más flagrante de todo, una indemnización de la que nadie informa pero que corresponde a todos los viajeros que se han visto afectados por estas malas prácticas.
Nada menos que 250 euros es lo que ha de abonar una compañía aérea tras una cancelación o un retraso superior a tres horas, independientemente de que facilite una plaza para viajar en otro vuelo. Y esto es sólo para los trayectos de menos de 1.500 kilómetros de distancia, ya que el importe de las cancelaciones aumenta a medida que lo hace el recorrido que debería haber cubierto el vuelo: 400 euros para distancias medias (entre 1.500 y 3.500 kilómetros) y 600 euros para vuelos de larga distancia (más de 3.500 kilómetros).
El 95% de los españoles desconocen sus derechos a la hora de viajar
“Según las cifras que maneja la Unión Europea, el 95 por ciento de los españoles desconocemos nuestros derecho a la hora de viajar”, afirma Pablo Rabanal, CEO y fundador de Reclamador.es, una web donde se tramitan reclamaciones de todo tipo (compañías telefónicas, bancos, accidentes…) y donde las aerolíneas gozan de un infame protagonismo.
“Tras años de abusos de las compañías aéreas, que cancelaban cientos de vuelos a diario por razones comerciales (no habían vendido todas las plazas ofertadas y repartían a los viajeros en otras aeronaves para ahorrarse un trayecto), el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea crearon el Reglamento 261/2004, que regula las compensaciones que ha de recibir un ciudadano si cancelan su vuelo o sale con más de tres horas de retraso”, explica Rabanal.
Así, además de la indemnización económica, la aerolínea está obligada a informar por escrito de sus derechos a los pasajeros afectados, algo que la mayoría de las compañías incumplen de forma sistemática, así como a dar a elegir al viajero entre el reembolso de su billete o un transporte alternativo. “A esto hay que sumarle el derecho de asistencia, es decir, la aerolínea ha de compensarte también dándote de comer, beber y facilitándote un lugar donde dormir si es preciso”, añade Rabanal.
Vueling, número uno en reclamaciones durante el verano de 2014
Sólo por circunstancias extraordinarias la compañía aérea podría salvarse de pagar esta compensación y de observar el resto de derechos de los pasajeros, establecidos por dos de los máximos organismos de la Unión Europea. “Se entiende que este tipo de circunstancias han de ser ajenas a la aerolínea, imprevisibles e inevitables”, detalla el creador de Reclamador.es. Una circunstancia metereológica extrema (nevadas, tifones…), un pájaro que entra en un motor en pleno vuelo y lo estropea, un volcán que amenaza con erupcionar y provoca que se cierre el espacio aéreo… Tan sólo este tipo de motivos exonerarían a la compañía aérea de indemnizar a los viajeros, sufragar su derecho de asistencia y ofrecerles un reembolso u otro billete para trasladarse. Nada de ‘motivos técnicos’, los más esgrimidos por la aerolínea Vueling durante este verano en Ibiza.
Las constantes cancelaciones y retrasos infinitos que han caracterizado el nefasto comportamiento de Vueling durante este verano la han llevado a encabezar un podio de dudoso honor, ya que es la aerolínea que ha acumulado más reclamaciones en Reclamador.es desde el aeropuerto de Es Codolar: “El año pasado Ryanair ocupaba el primer puesto y Vueling el segundo. Sin embargo, en junio, julio y agosto de 2014 Vueling ha protagonizado el 85 por ciento de las reclamaciones interpuestas a través de nuestra web, mientras Ryanair ha descendido al segundo puesto con el 7,4 por ciento”, detalla Rabanal.
La indefensión de los pitiusos a la hora de presentar una reclamación
El aeropuerto de Ibiza no sólo es un punto de despegue y aterrizaje de viajeros que lo utilizan por motivos de ocio, sino también la única puerta de entrada y salida de los ciudadanos de las Pitiüses para viajar a otras ciudades por motivos médicos, académicos, administrativos… A pesar de esta necesidad, los residentes en Ibiza y Formentera no cuentan con un Juzgado de lo Mercantil donde tramitar las reclamaciones a las aerolíneas, ya que éste es el único organismo competente para darles curso.
El Juzgado de lo Mercantil que se encuentra más cerca de las Pitiüses está en Palma de Mallorca, por lo que un afectado por una cancelación o un retraso de larga duración que quiera reclamar en persona ha de costearse el desplazamiento a la capital de Mallorca, las comidas que tenga que realizar mientras se encarga de las gestiones y, si fuera preciso, una noche de hotel. A esto habría que sumarle la pérdida de un día de trabajo, por lo que sería más caro interponer la reclamación que lo que finalmente conseguiría de la aerolínea.
Esta situación de indefensión y, una vez más, de agravio comparativo con respecto a los ciudadanos de Mallorca se puede sortear haciendo uso de los servicios que ofrecen páginas como Reclamador.es, una web que se encarga de gestionar todos los trámites legales pertinentes en este tipo de reclamaciones a cambio de, en caso de éxito, el 25 por ciento de la cantidad que se consiga como indemnización.
15 años para presentar una reclamación
“Los ciudadanos de la Unión Europea tenemos 15 años para reclamar este tipo de indemnizaciones y tan sólo necesitamos el billete, la tarjeta de embarque o la factura del vuelo para poder solicitarla”, subraya Rabanal, CEO de la web que ha visto cómo se incrementaban las solicitudes de sus servicios por parte de ciudadanos de las Pitiüses durante los meses de verano.
El 1 por ciento de los vuelos programados anualmente en la Unión Europea sufren este tipo de percances y sólo en España 1.500.000 de pasajeros se ven afectados por cancelaciones o retrasos superiores a tres horas cada año. “Por un importe medio de 400 euros por reclamación, las compañías deberían abonar a sus usuarios cada año en concepto de indemnizaciones sólo por cancelaciones y retrasos 600 millones de euros”, detalla Rabanal. Quizá sea por eso por lo que el personal de tierra de muchas compañías te remiten a Google cuando solicitas información sobre tus derechos o pretenden contentarte tras un percance de este tipo con un vale de descuento que, en el caso de Vueling, asciende a unos irrisorios 20 euros.
Menudos chorizos los de Vueling. Yo he reclamado dos veces y no me han dado ni un duro y ni tan siquiera se han puesto en contacto conmigo. Habría que boicotearles
Esta compañía pasa olímpicamente de sus pasajeros. Solo mira por su bien,cancelando vuelos cuando le da la gana, sin indemnizaciones, agresivos en sus contestaciones cuando reclamas lo justo. Encima es la única línea que nos dejan en invierno. Pienso que el Consell debería de poner manos en el asunto. Es una verdadera tomadura de pelo a los isleños. Prefiero ryan air.