Un total de 897 perros están ya inscritos en el registro municipal de ADN canino implantado por el Ayuntamiento de Santa Eulària, obligatorio para los canes cuyo domicilio se encuentre en el municipio y se encuentren en espacios públicos. Además, ya se han entregado 634 citas previas para cumplir con el registro, por lo que se estima en unos 1.900 los perros (muchos propietarios cuentan con varios ejemplares pero sólo necesitan pedir una cita para inscribirlos a todos) que figurarán inicialmente en el registro y cuyos propietarios se habrán beneficiado de la reducción al 50% (descuento en el primer perro, pero si se tienen más, el segundo y siguientes no costaban nada al propietario).
Los propietarios que no hayan registrado el ADN de sus animales pueden seguir pidiendo cita para hacerlo a través del apartado de Bienestar Animal>ADN Canino de la web www.santaeulariadesriu.com o en el teléfono 648 94 41 49; pero ya sin las bonificaciones municipales. El precio de inscripción por animal (no es preciso renovarla, se hace una vez en la vida del can) es de 37 euros, IVA incluido.
El ADN canino de Santa Eulària des Riu es una medida para combatir las actitudes incívicas de la minoría de propietarios que no recoge los excrementos de sus mascotas, además de garantizar el bienestar animal al poder determinar los propietarios de camadas abandonadas, facilitar la devolución a sus dueños de los animales robados e identificar a los animales que ataquen al ganado en zonas rurales. La toma de muestras es completamente indolora para los animales.
Esta medida está implantada con éxito en más de medio centenar de municipios españoles, entre los que destacan capitales de provincia como Málaga o Zaragoza, además de un gran número de localidades de la Comunidad Valenciana.
Formación e inicio de controles
Con la finalización del mes de enero acaba también el periodo transitorio abierto por el Ayuntamiento para dar tiempo a los propietarios de mascotas a que inscribiesen en el registro a sus perros. Ahora, se procederá a sancionar a los propietarios cuyo animal no esté registrado en el censo de ADN o que no tenga cita solicitada para hacerlo. De hecho, la Policía Local llevar varias semanas realizando una campaña específica de control de perros en entornos urbanos para comprobar si los dueños cumplen con las ordenanzas municipales de tenencia de animales: llevar animal atado, llevar cantimplora para limpiar orines y bolsa para recoger excrementos y si tienen al animal registrado o han pedido cita. Cabe recordar que las multas por no tener al animal registrado en el censo de ADN canino son de hasta 300 euros, igual que no retirar las deposiciones y que el Consistorio debe invertir todos los años más de 200.000 en limpiarlas de las vías y espacios públicos.
A partir de ahora estos mismos controles se realizarán para comprobar si los canes que están en espacios públicos están o no inscritos en el registro –o si el propietario tiene cita pedida- y también se empezarán a tomar y a procesar muestras de excrementos depositados en la calle.
En este sentido, acaba de finalizar la formación para la toma de muestras que realizarán los celadores y técnicos del departamento de Medio Ambiente. En esta, se les ha explicado cuestiones como las zonas de la hez donde es más fácil conseguir material genético, cómo manipular la muestra y como utilizar el material con seguridad para no alterar ningún elemento y documentar todo el procedimiento para garantizar la cadena de custodia de la misma.
Botella para limpiar y paseo por la playa
La modificación de la Ordenanza de Bienestar Animal, además del censo del ADN canino, también incluye otras modificaciones. Así, se establece la obligación de portar una botella con agua y algún elemento desinfectante (el vinagre es un componente muy efectivo) para diluir y limpiar los orines. El Ayuntamiento lleva repartidos en varias campañas desde hace años unas 12.000 botellas –en un kit en el que se incluyen bolsas biodegradables para recoger los excrementos- y estos todavía están disponibles de forma gratuita en el departamento de Medio Ambiente (Edificio Polivalente, calle Marià Riquer Wallis, 4, 4ª planta).
Otra novedad es que se ha retirado la prohibición de la presencia de perros en las playas del municipio. Eso sí, para evitar problemas de convivencia con los bañistas, sólo podrán pasear por los arenales entre noviembre y marzo, ambos inclusive. Esta prohibición no se aplica en los puntos de baño habilitados (en Cas Capità y la desembocadura del río). Debe recordarse que los animales deben estar en las playas en las mismas condiciones que en cualquier otro espacio público, es decir, sujetos con correa y con bozal en el caso de que sea preciso (perros denominados ‘potencialmente peligrosos’) y sus heces deben ser recogidas y depositadas en una papelera.