@José Manuel Piña Vives / Todo el mundo que conoció y trató a Enrique Mayans Tur le recuerda como una excelente persona. Incluso aquellos que fueron sus adversarios políticos destacan su gran calidad humana. La grave enfermedad que le sobrevino hace unos años y que él llevó con gran dignidad acabó el viernes con una vida plena de logros, alegrías y algún batacazo, de los que siempre salió airoso. Al menos moralmente. La muerte le ganó al fin la guerra tras haberle ganado él algunas batallas.
Radiotelegrafista en el aeropuerto de es Codolar hasta 1959, tras haber cursado estudios de esta especialiadad en Madrid. Ese mismo año inauguró un establecimiento de confección masculina en el popular carrer de Mar, a pocos metros de la iglesia de Sant Elm. Regentó esa tienda junto a su mujer, Dolores, hasta que cayó enfermo. El establecimiento sigue abierto hoy y aprovecha especialmente su excelente emplazamiento para la venta de camisas y camisetas para los turistas que van de camino hacia el puerto de la ciudad.
Sin embargo, el campo en el que más destacó Enrique Mayans fue la política. Sus ideas progresistas le llevaron a afiliarse al Partido Socialista Popular del recordado Enrique Tierno Galván. Tras la fusión de esta formación con el más mayoritario PSOE de Felipe González, el ibicenco se presentó como candidato a la alcaldía de Eivissa en las primeras elecciones municipales democráticas, quedando como concejal de la oposición hasta que la lista que encabezaba en 1987 logró la victoria y la alcaldía.
La alegría duró sólo dos años. La pinza formada por el PP y el CDS de Adolfo Suárez terminó con aquel sueño mediante una moción de censura que él nunca entendió y que ninguno de quienes la impulsaron explicó nunca detalladamente. No obstante, su amistad con alguno de sus instigadores se mantuvo siempre intacta. Se recuerda aún en el barrio de la Marina el brioso pasodoble que se marcó con la entonces concejala del PP María Luisa Cava de Llano. Fue durante unas fiestas de Carnaval a comienzos de los años noventa.
María Muntaner coincidió con Mayans en el Ayuntamiento durante la primera legislatura democrática, ella en el equipo de gobierno que encabezaba el centrista Juan Prats Bonet y él en la oposición. La antigua maestra le recuerda como «una gran persona». En los mismos términos se expresan su prima Marga Vilàs y muchos de sus vecinos del barrio en el que se desarrolló comercialmente.
En el camino quedó también uno de sus mejores amigos, el también socialista Francisco Bonet Redolat, también fallecido, que presidió la delegación insular del Gobierno en la época de Felipe González.
A pesar del batacazo que para Mayans supuso la moción de censura de 1989, Enrique Mayans siguió insistiendo en su empeño, ocupando un sillón en la bancada de la oposición hasta 1995. Formó parte asimismo de la lista que el PSOE presentó a las elecciones europeas, pero no resultó elegido. Abandonó entonces la primera línea política para dedicarse fundamentalmente a su negocio y a los trabajos de carácter humanitario como secretario del banco de sangre de la Cruz Roja y de la Asociación de Donantes de Sangre de las Pitiüses.
Enrique Mayans Tur falleció a los ochenta años de edad y pasará a la historia local como el primer alcalde socialista de Eivissa tras la dictadura franquista. Le sobreviven algunos de los proyectos que sacó adelante como primer edil de la ciudad, como el centro cultural Can Ventosa, propiedad entonces del Ejército y que él convirtió en un espacio multicultural junto con su concejal de Cultura Felip Cirer.
dep sr. maians, i a piña, enhorabona -com casi sempre- per l,article
José Manuel,tienes una gran virtud: tu pluma. Es una pena que no la hagas trabajar más. Cuídate.
EPD