R. Beltrán/ Irreverente, renovadora, temeraria y brillante. Ainhoa Rebolledo (Santiago de Compostela, 1987) es la voz más fresca de la literatura española actual. Pero no sólo su prosa es fresca: ella también lo es. A su desparpajo y su insumisión militante a las normas básicas de la narrativa y de la ortografía le debemos Tricot (Principal de los Libros), su última novela, con tres protagonistas a las que les une su afán por tejer y muchas otras cosas de más calado generacional. Confiesa haber consumido narcóticos y haberse pegado ‘nocauts’ en bicicleta. Rebolledo no teoriza sino que dispara las ideas contra el lector. Pero sus proyectiles rebosan tanto talento que sería una pena sacar del armario el chaleco antibalas.
He explicado el argumento de muchos libros pero me declaro incapaz de hacer lo propio con Tricot. ¿Aceptas unos minutos de autobombo y me solventas esta difícil papeleta?
Tricot es la historia de tres chicas desencantadas que van por ahí, haciendo ruido, molestando, lamentándose sobre la insoportable levedad del ser, filosofando con una lata de cerveza en la mano, volviendo siempre a casa andando por las noches. Estas chicas quieren montar lo que ellas denominan ‘La liga de las mujeres extraordinarias’ con el objetivo de sobrevivir con elegancia.
¿Qué requisitos ha de cumplir una candidata a formar parte de la ‘La liga de las mujeres extraordinarias’?
Cualquier mujer en su sano juicio puede (y debe querer) formar parte de ‘La liga de las mujeres extraordinarias’. Realmente, no hace falta ni saber tejer para entrar. Lo difícil es mantenerse dentro porque, según los estatutos de la liga de las mujeres extraordinarias, si alguien se enamora y desea llevar una vida feliz, con una casa, un trabajo, un marido, lo que se conoce como tener un presente más prometedor que el futuro, pues ese alguien es inmediatamente eliminado de la Liga. Pero claro, siempre puede intentar volver cuando TODO LE SALGA MAL.
¿En qué momento tuviste la epifanía de escribir una versión punk de un club de tejedoras?
Sí, el plan inicial era escribir sobre chicas que tejían, sin más, pero luego me di cuenta de que eso era muy aburrido y que no sabía tanto sobre tricot como para escribir un libro. Al final el Tricot quedó como un extraño eje inestable de la novela, como los bolos en El Gran Lebowski. Es mi libro y puedo compararlo con lo que quiera.
Elena, Crisis y Leopoldina, las tres protagonistas de Tricot, se pelean cuáles samuráis con los valores tradicionales para poder fundar su propio mundo con sus propias reglas. Pero al final fracasan. ¿No es posible quitarse de encima esa rémora? ¿Devolvemos las capas brillantes y las mallas de licra porque jamás seremos capaces de fundar ‘La liga de las mujeres extraordinarias’ ni nada que se le parezca?
¡Nada de apocalipsis! ¡Nada de arrodillarnos la víspera del día del juicio final! Se pelean y/o se distancia de los valores tradicionales porque les parecen una herramienta de tortura psicológica. Piensan, más que nada Elena, que los valores tradicionales son una fuente de decepción permanente, que no deja de manar. La vida le dice que tiene que tener unas cosas (determinadas) pero ella no consigue tenerlas y mucho menos mantenerlas. Como ve que sufre tanto intentando cumplir con la sociedad, decide convencer a sus amigos para montar unos nuevos valores tradicionales. Creo que se pasan de pretenciosas….
Te prologa Nacho Vigalondo y el epílogo lo firma Dídac Alcaraz, quien también ha hilvanado el texto con una especie de tweets totalmente caóticos que, paradójicamente, dan cierta unidad al texto. ¿Por qué los escogiste a ellos?
Dídac Alcaraz hizo los 127 títulos de los capítulos del libro. Hay capítulos más largos, hay capítulos más cortos, pero todos tienen títulos divertidos, pequeñitas joyitas de poesía en negrita. Después hizo el epílogo para completar el sandwichito de Tricot. Yo no quería que el libro tuviera un prólogo, ¡los prólogos en el libro son siempre innecesarios! Pero quería que Nacho Vigalondo escribiera algo divertido para abrir el libro, y eso fue lo que pasó al final.
Te has inventado un nuevo género: la novela basada en elementos autobiográficos pero en la que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Mari Klinski y ¡Maldita sea! también responden a este modelo. ¿Estamos ante el nacimiento del Rebolledismo?
¡Yo no me he inventado nada! ¡Pero sí que he deformado cosas! ¡Realidades y estructuras lingüísticas! Rebolledismo suena a insulto, espera. No, no, estamos ante el nacimiento de nada pero sí que estamos (espero) avanzando poco a poco en el camino del exceso, el camino que me llevará a poder publicar todo lo que escriba, a ganar premios, a vivir la vida como la viven los escritores de éxito. Risas, espera. Hasta los escritores más exitosos son unos fracasados en términos de éxito vital. ¡Creo que ningún escritor ha dejado de ser pobre! Pero yo tengo la esperanza de tener pronto suficiente dinero como para poder dejar de ir por ahí delinquiendo.
Los personajes se me iban resfriando y se me iban muriendo mientras escribía.
Con esos argumentos loquísimos que creas, esos personajes imprevisibles, esas escenas que suceden a borbotones… ¿Qué parte de tus novelas tienes clara antes de sentarte a escribirlas y cuál sería el porcentaje de ellas que nace sobre la marcha?
Bueno, todo estaba más o menos pensado pero los personajes se me iban resfriando y se me iban muriendo mientras escribía. Yo quería haber escrito una novela positiva y desenfadada y me ha quedado una novelita muy triste… Pero con chistecitos por el medio, no sé, Tricot se parece a la vida real, ¿no crees?
No sé si conoces Ibiza, pero si no es así, en cuanto vengas te enamorarás de la isla y tendrás que escribir una novela beat-punk-tejedora sobre la fauna que tenemos por aquí.
No conozco IBIZA porque nunca he tenido capacidad económica como para gastarme 5 euros en un botellín de agua –o esa es la imagen que tengo de Ibiza, creo que la gente debería leer más Noudiari.es y darse cuenta de que Ibiza es algo más que “The Party Island”. Decía, espera, que no conozco IBIZA pero conozco GO, IBIZA, GO! una serie de internet que se hace llamar “Online TV Show, desde IBIZA para el mundo.” Es una maravilla, a veces montan shows en directo pero no sé si han estado en Ibiza de verdad.
Me he cogido en la biblioteca el primer tomo de En busca del tiempo perdido de Marcel Proust y ya voy por la página 8. La primera página es bastante difícil de leer pero a partir de la segunda ya empieza a contar sus problemas de insomnio y todo FLUYE.
En facebook, twitter y tu blog, Let’s pretend we were drunk, eres muy crítica con el poco protagonismo de la mujer y de las escritoras en la cultura actual. ¿Es realmente para tirarse de los pelos?
En facebook, en twitter, en mi blog, en las cenas de Navidad, en conversaciones de bar… Sí, lo paso fatal. Creo que la mujer está por debajo de cualquier cosa en el mundo de la cultura, la política, etc. Bueno, también tenemos un poco de culpa porque enviamos a cada representante… No sé, todo va mal. No sólo las mujeres no molamos, tampoco los hombres. Creo que es la sociedad la que no mola en general y punto.
En otra entrevista recomiendas a los autores que quieran publicar que salgan a los bares y escriban muy rápido. ¿Algún otro consejo como escritora con tres libros ya en las librerías?
¡Quedarse en casa y escribir muy lento! O eso es lo que tengo previsto hacer este invierno. ¡Leer y escribir! Leer te prepara la cabeza para escribir, es como escuchar la radio antes de dormir, como poner la mesa antes de comer.
Estoy tan concienciada de que me tengo que sentar a escribir, en serio (Tricot lo escribí un poco de broma) que me he cogido en la biblioteca el primer tomo de En busca del tiempo perdido de Marcel Proust y ya voy por la página 8. La primera página es bastante difícil de leer pero a partir de la segunda ya empieza a contar sus problemas de insomnio y todo FLUYE.
Última pregunta obligada para todos los que pasáis por Noudiari.es. ¿Qué estás leyendo y qué títulos sugerirías a nuestros lectores?
Ah, como te decía, en teoría estoy leyendo a Marcel Proust pero en la práctica no he empezado mucho. Me he leído esta semana VULCANO de Max Besora y lo he gozado de lo lindo. El tipo está mucho más loco que yo, escribe muy loco, repitiendo la palabra VULCANO todo el rato volviendo loco al lector, que de repente tiene que girar una página para seguir leyendo. Me ha encantado.
Muy interesante. No conocía esta autora, pero pienso hacerme con un ejemplar de su libro.
Me alegro de haberte conocido hace tiempo para poder decir aquéllo de «Tú antes molabas», pero aún no ha llegado el momento.