Por R. B.:
El Kunstmuseum de Ahlen, en Alemania, inaugura hoy una exposición antológica de Eduard Micus, uno de los artistas más importantes de la escena cultural germana de la posguerra, que residió en Eivissa sus últimos treinta años de vida. «Ha sido olvidado», ha declarado el director de la sala, Burkhard Leismann. Por este motivo, esta muestra constituye una reivindicación del preciado legado de uno de los pintores alemanes más destacados del pasado siglo.
Más de cien obras recorren la trayectoria pictórica de este genial artista, entre pinturas, trabajos sobre papel y objetos datados en las cinco décadas que van de los años cuarenta a los noventa. Nacido en Höxter, en Alemania, en 1925, Micus se trasladó a Eivissa en 1972 y permaneció allí hasta su muerte en el año 2000. Parte de su obra puede visitarse en el Espacio Micus, en la carretera de Jesús a Cala Llonga, en Eivissa.
Un artista clave de la segunda mitad del siglo XX
Esta muestra, que abre hoy sus puertas y permanecerá abierta al público hasta el 5 de mayo, ofrece al visitante un recorrido a través de la contribución única de Eduard Micus al arte de la segunda mitad del siglo XX. Micus estudió junto a otro de los artistas germanos más destacados del pasado siglo, el pintor informalista, tipógrafo y escenógrafo Willi Baumeister, y su formación en diseño era palpable en sus obras pictóricas.
Los cuadros de Micus se caracterizan por estar divididos en dos mitades, a derecha e izquierda del espacio. Al artista alemán le fascinaba jugar con los bordes de sus obras, así como crear formas arquitectónicas y superficies táctiles que salieran del lienzo o del papel sobre el que se expresaba.
En el catálogo de esta exposición han intervenido con sus ilustraciones y ensayos Ulrike Schaz, Erich Franz, Susanne Buckesfeld y Stephen N. Barthelmes.