@Noudiari/ “Los 1.000 metros de distancia de seguridad que determinan desde Cairn Energy como la distancia a la que no se producirán daños que comentan son totalmente insuficientes”. Así de contundentes se han mostrado desde la Alianza Mar Blava, antes de añadir que a 15 kilómetros de la sonda sonora se alcanzan intensidades de 160 decibelios, un nivel de intensidad sonora que está en “el límite que marca la existencia de impactos significativos sobre la fauna marina: evitación, cambios de rumbo y desviaciones graves en su ruta migratoria; cese de actividad reproductoras; separación de crías y madres; estrés y cambios metabólicos graves, entre otros”.
Además, desde Mar Blava se ha apuntado que dentro de ese kilómetro de seguridad al que se refiere Cairn Energy “es imposible de proceder a una correcta y eficaz avistación de ejemplares de fauna marina (cetáceos y tortugas marinas, además de peces), todo ello aunque existan observadores expertos, ya que hay especies indetectables a esa distancia, en condiciones que no sean de oleaje en calma, el avistamiento a un kilómetro es imposible de realizar por dificultad extrema de detección, además en toda la franja de horario nocturno no se detectan ejemplares.
Los peligros del «arranque suave» y la extinción del virot
Otra de las medidas a las que se acoge Cairn Energy para minimizar los daños de las prospecciones sísmicas en busca de bolsas de petróleo es el denominado arranque suave, que consiste en empezar el ciclo de detonaciones con unas intensidades de ruido de menor a mayor intensidad. Este sistema, según Mar Blava, “no determina la huida efectiva de ejemplares: hay especies en los que la velocidad de natación es inferior a la de los buques, no direccionan bien y no se alejan en la dirección correcta, el conjunto de especies bectónicas (especies fijadas al fondo marino como gambas, cigalas y otros crustáceos, peces tipo rape y otros animales que viven sobre el sustrato o fondo marino) no pueden desplazarse lo suficientemente rápido para alejarse de la fuente sonora”. Alianza Mar Blava también ha añadido que “todo el componente de alevines, larvas y huevos no tiene capacidad de huida”.
La organización antiprospecciones petrolíferas ha detallado que “se prevee que las detonaciones cada 10 segundos durante las 24 horas del día y durante 75 días, va a producir una trampa mortal para el conjunto de fauna marina que incluye especies en peligro de extinción”. Esto, además, determinará una reducción de las poblaciones de aves que crían en las ZEPAs (Zonas de Especial Protección para Aves) de las Pitiüses, de la población de peces y alevines. Alianza Mar Blava ha subrayado que es especialmente grave el caso de la Pardela balear, el virot, que mantiene el 90 por ciento de su población mundial en dichas ZEPAs, “algo que podría determinar la extinción de esta especie”.