EFE / Cinco halcones peregrinos, una lechuza, un bueyera, un águila calzada, un milano y un cernícalo, todas ellas aves protegidas, han sido abatidas en las últimas semanas, según ha denunciado hoy la Conselleria balear de Medio Ambientre.
El Servicio de Protección de Especies ha alertado de la llegada a los Centros de Recuperación de Fauna de las Islas Baleares (COFIB), de estas aves procedentes de Llucmajor, Sa Pobla, Servera y Felanitx en Mallorca, y de Ciutadella en Menorca.
La Conselleria de Medio Ambiente ha indicado que en muchos casos los animales tiroteados mueren a causa de las heridas causadas por los disparos, y si se salvan, quedan normalmente irrecuperables.
A menudo a estas aves heridas se les tiene que amputar las alas, pierden un ojo, o arrastran otras secuelas de las heridas. Se estima que se localiza sólo a un 5 por ciento de los ejemplares que resultan heridos, que son los que llegan a los centros de recuperación.
Según ha señalado la Conselleria en una nota, estos casos pueden estar relacionadas con la media veda que comenzó el pasado 15 de agosto, periodo a partir del cual se puede cazar con escopeta la codorniz, tórtola salvaje, la tórtola turca, la paloma torcaz, la paloma salvaje, el conejo y la liebre.
La Conselleria ha matizado que aunque muy pocos cazadores incumplen la ley, la muerte de una especie protegida es una infracción tipificada como grave en la Ley balear de caza, que implica no sólo una sanción pecuniaria, sino también la pérdida de licencia de caza e inhabilitación para obtenerla durante años, y puede dar lugar incluso a responsabilidades penales.
Pensar en qué, sólo puede que represente el 5%, de las aves en peligro de extinción o protegidas, que se abaten en las Baleares, las que llegan a ser atendidas, me llena de congoja. Un sólo anormal, puede causar un gran daño.