Baleares cuenta con 46 embarcaciones de pesca recreativa por cada barco profesional, después de que éstas últimas hayan descendido un 79,6 % entre 1950 y 2023, al pasar de las 1.265 que faenaban entonces a 257, según los datos que recopila el ‘Informe Mar Balear 2024’ de la Fundación Marilles.
En cuanto a la tripulación, durante el mismo periodo ha pasado de 4.976 tripulantes a 461, reduciéndose un 91 % en 74 años, ha detallado la entidad en un comunicado.
Por modalidades de pesca, en 2023 había 226 embarcaciones de artes menores, mientras que en 2014 había 277, con una reducción de un 18 % en 10 años. En 2023, había 31 embarcaciones de arrastre, un 68 % menos que en 1975, cuando eran 96.
En cambio, la pesca recreativa va en aumento. Se contabilizan 44.070 licencias totales de pesca recreativa (embarcaciones, pesca submarina, individual y deportiva) en 2023.
El mayor aumento de licencias se ha registrado entre 1997 y 2004.
En 2023 había 11.743 licencias vigentes de pesca de embarcación recreativa, frente a las 257 embarcaciones de pesca profesional, lo que supone esas 46 embarcaciones de pesca recreativa por cada barca profesional.
La acuicultura marina tuvo unos ingresos de 16,7 millones de euros en 2023 en Baleares.
La acuicultura de las islas comenzó en Menorca en torno al año 1880, con los primeros cultivos de moluscos en parques y bateas dedicados al consumo de la isla y explotados de una manera artesanal. Entre los años 1984 y 2007, también se desarrolló la acuicultura de peces en Mallorca.
Desde 2007, no se hace producción de peces por acuicultura. Esta fue sustituida por la producción de alevines de dorada (Sparus aurata) y de lubina (Dicentrarchus labrax) que se trasladan a la Península para engordarlos.
La producción de alevines en las Baleares ha aumentado considerablemente durante los últimos 20 años. En 2003, el valor económico de los alevines producidos fue de 1,95 millones, mientras que el 2023 ascendió a esos 16,5 millones.
En cuanto a la acuicultura de moluscos, solo hay en Menorca, y se basa en la producción de mejillones (Mytilus galloprovincialis) y almejones (Venus verrugosa).
La producción de almejones, aunque es muy minoritaria en términos de peso, tiene un importante valor económico, pero en los últimos años se ha reducido drásticamente: si en 2006 suponía el 32 % del total de la producción de moluscos, en 2022 fue tan solo el 0,2 % de total. En peso, en 1994 y 1995 se produjeron 5 toneladas, mientras que en 2022 la producción fue de 0,02 t. En 2023 se llegó a las 0,5 t.
Marilles ha recordado que el ‘Informe Mar Balear’ es un proyecto colaborativo en el que participan todas las instituciones de investigación marina de las Islas y entidades públicas y privadas.
EFE
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