El mar de Baleares ha registrado tres olas de calor este verano, en las que la temperatura del agua ha sido más alta de lo habitual durante al menos cinco días consecutivos, lo que para el director del Sistema de Observación y Predicción Costero de Baleares (ICTS-SOCIB), Joaquín Tintoré, es un signo «muy serio» del deterioro climático.
«Hay que ser conscientes de que esto es muy serio y de que vamos por mal camino», ha advertido Tintoré en declaraciones a EFE.
La última de estas olas de calor se produjo el 9 de agosto, cuando se registró un promedio de temperatura superficial del agua de mar de 29,11 °C en la región de las Islas Baleares, que corresponde a 3,29 grados por encima de la media de ese día en el periodo 1982-2015. Ese dato iguala el récord de 29,1 °C, alcanzado el 10 de agosto de 2003.
Además, el 20 de julio se registró, con datos de satélites, un promedio de temperatura superficial de 28,19 °C en la región de Baleares, que se sitúa 3,4 grados por encima de la media de ese día en los últimos 40 año; y en la tercera semana de junio se alcanzaron los 26 °C, no habituales en esa época del año.
Que se hayan constatado esas tres olas de calor marinas confirma las previsiones de los investigadores, señala el responsable del SOCIB, y lo que los científicos llevan diciendo desde hace años: «El cambio climático implica un incremento de la temperatura a nivel general y de los fenómenos extremos, que son las olas de calor en verano y los temporales en invierno», explica
«El IPCC lleva años avisando en todos los informes y trabajos científicos de que los fenómenos extremos van a ser cada vez más intensos, más largos y más tempranos y eso es justo lo que ha pasado este año, que las olas de calor han venido antes que nunca, han sido más largas de duración y muy intensas», subraya Tintoré sobre el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC).
Además de estas olas de calor con temperaturas promedio superiores a lo normal en el mar de Baleares, hay variaciones importantes en función del punto donde se hacen las mediciones, por lo que localmente se han detectado temperaturas de superficie más cálidas.
Por ejemplo, el SOCIB ha medido valores de temperatura superficial del mar de 32 °C en el canal de Mallorca el 2 de agosto, y de 30 °C en el canal de Ibiza y a lo largo de la costa y también en una zona resguardada de Pollença en julio. Para las mediciones, el SOCIB dispone de estaciones fijas costeras, boyas de deriva superficiales y buque oceanográfico.
Tintoré explica que estas temperaturas al alza y eventos extremos de calor amenazan los ecosistemas marinos y afectan a especies marinas y hábitats como la posidonia oceánica, y a la biodiversidad al tener impactos como la acidificación del mar, y pueden favorecer la proliferación de medusas, algas nocivas o alóctonas. «Tiene repercusiones importantes en los distintos elementos del ecosistema, de la posidonia a las pesquerías», puntualiza.
«Además, al estar el mar más caliente, genera más intercambio con la atmósfera, más humedad y en cuanto haya un aire más frío como el que hay en estos días, lo que genera son posibilidades de tormentas extremas», agrega
EFE