José Manuel Piña Vives / Los seguidores de la obra de Carles Guasch encontrarán en la exposición que presenta el pintor ibicenco exhibe en Es Polvorí, de Dalt Vila, hasta el próximo día 29 algunos signos notables de evolución. El artista ibicenco ha bautizado esta muestra como ‘Sequències 4’, que es garantía de continuidad con su obra anterior, en la que ha introducido algunos elementos de renovación. Estas nuevas aportaciones se concretan, entre otras, en una línea de separación que divide algunos de los cuadros en dos, detalle que definía la obra del artista alemán Eduard Micus, cuya trayectoria transcurrió en gran parte en Eivissa. Esa división en dos del lienzo permite a Guasch expresar dos ideas distintas, a veces con un estilo diferente también, un contraste de emociones en unos pocos centímetros de lienzo.
Los colores azul, rojo, amarillo y diversos tonos de ocre siguen siendo una constante en la obra del artista ibicenco, unos colores que le dan su característica luminosidad, pero el espectador apreciará también un mayor dominio en el variedad de los blancos y las diferentes tonalidades del agua. Así, la exposición puede trasladar fácilmente a los aficionados del frío al calor, del agua helada al agua en estado de ebullición, según el estado de ánimo del artista.Es una especie de juegos de hielo y ardor muy intensos.
Hay también una serie de obras trabajadas en formato redondo, con un agujero en el centro que las hace asemejarse a un elepé de vinilo en el que Carles Guasch ha conseguido reflejar también su mundo de emociones contrastadas entre el fuego y el hielo casi transparente y sus ya valorados caleidoscopios de colores muy vivos e intensos.
También supone una novedad la tímida aparición de algún paisaje en los nuevos lienzos del artista, muy al fondo del cuadro. En uno de ellos se aprecia nítidamente un instante demar, aparentemente recogido por el pincel desde un avión que está despegando, con el ala encendida por los colores del crepúsculo, pero que también podría ser un paisaje dunar, un desierto de arena en contraste con la imagen marina del fondo. Otro de ellos sugiere también una imagen ficticia de la Antártida descongelándose.
Pero sólo son conjeturas, suposiciones o imaginaciones del espectador. Cada uno de ellos percibirá sus propias interpretaciones en una muestra que es «una respiración, un regreso a las cosas sencillas», en opinión del crítico de arte Michel Bohbot, manifestada en el catálogo de la exposición, traducida al catalán para el Ayuntamiento de Eivissa, patrocinador de esta iniciativa.