Un total de 396 personas, de las que 27 fueron médicos y 369 personal de Enfermería, fueron agredidas en 2023, según los datos del Observatorio de Agresiones del Colegio de Médicos de las Islas Baleares (Comib) y del Colegio Oficial de Enfermeras y Enfermeros de las Islas Baleares (COIBA).
Las agresiones a los médicos suponen un incremento del 29 % respecto al año anterior, con seis casos más, de acuerdo con los datos registrados, mientras que las enfermeras en las Islas Baleares sufrieron más del doble de agresiones que hace dos años: 369 denuncias en 2023, mientras que en 2022 se registraron 268 casos, y en 2021 fueron 143 casos.
«Unos datos, que son la punta del iceberg, porque únicamente muestran los casos que han sido denunciados y que ocurren en centros públicos», destacan desde el COIBA.
Por su parte, del total de agresiones a médicos comunicadas en Baleares, un 22,2 % fueron ataques físicos, un 33,3 % amenazas y un 44,4 % insultos, ha precisado la gerente del Comib, Marian Fuster, este lunes en una rueda de prensa, en la jornada previa al Día Europeo contra las Agresiones a Médicos y Profesionales Sanitarios.
Desde el Comib han señalado que la incidencia acumulada de agresiones a médicos de Baleares el pasado año fue de 3,89 por cada millar de colegiados, un dato que se sitúa por encima de la media estatal de 2,52 agresiones por cada 1.000 profesionales médicos.
Fuster ha indicado que de las 27 agresiones comunicadas, 16 fueron denunciadas y llevadas a juicio, y que en el 100 % de los casos la sentencia establecía una orden de alejamiento. La Policía Nacional detuvo el año pasado a seis autores de agresiones a médicos de las islas.
Respecto a las causas de estas agresiones por parte de los pacientes, la gerente del Comib ha destacado las discrepancias con la atención (59,1 %) y con los informes no acordes a las pretensiones del paciente (22,7 %).
Según el informe, el 26 % de las agresiones comunicadas el pasado año en Baleares se produjeron en el ámbito de la Atención Primaria, mientras que tres de cada diez se registraron en hospitales de las islas.
En detalle, en el servicio de Urgencias de Atención Primaria se registraron el 15 % de las agresiones a médicos y un 7,5 % de este tipo de actuaciones en Urgencias de hospitales. Además, siete de cada diez agresiones ocurrieron en centros públicos.
El pasado año se dictaron cuatro sentencias condenatorias por agresiones y coacciones a profesionales médicos de la comunidad las cuales contemplaban órdenes de alejamiento como medida cautelar y el pago de multas por diversas cantidades.
Además, solo el 11 % de los médicos que comunicaron agresiones recibieron apoyo o asesoramiento por parte del centro de trabajo o el Comib y 16 % solicitaron una baja laboral. Todas las agresiones a médicos en Baleares ocurrieron en el horario laboral de estos profesionales.
«ME DA PEREZA DENUNCIAR»
Fuster se ha referido al desgaste personal que supone para los médicos el proceso que conlleva denunciar estas agresiones, como el caso de una médica del centro de salud de Son Gotleu, en Palma. «Me da pereza denunciar», le dijo. «Es un desgaste para los médicos que, si lo valoran, no les vale la pena», ha añadido la gerente.
También ha hecho hincapié en que la situación de los médicos de Atención Primaria es «complicada» y ha lamentado la falta de conciencia por parte de la sociedad en cuanto a las consecuencias de este tipo de conductas sobre los profesionales sanitarios.
Por su parte, Alfredo Rodríguez, de la Policía Nacional, ha explicado que en España se contabilizaron 315 denuncias por agresiones a médicos, un 30 % más en comparación a 2022.
«Se está consiguiendo que se denuncie más», ha asegurado el agente, quien ha destacado la importancia de incrementar los cursos y la formación de médicos respecto a este tipo de conductas por parte de los pacientes. Por zonas, ha dicho que Málaga, Madrid y Alicante lideran las cifras de agresiones.
LA SITUACION DEL PERSONAL DE ENFERMERÍA
El COIBA, por su parte, pide reforzar las medidas de prevención y protección dentro del entorno laboral, y ofrecer más formación para dotar a las enfermeras de más herramientas para la gestión de conflictos, con especial atención a los ámbitos con mayor incidencia.
También consideran necesario llevar a cabo campañas de concienciación hacia la ciudadanía y mejorar la percepción y el respeto hacia los profesionales.
Además de las acciones centradas en el acompañamiento a los profesionales víctimas de agresiones, ahora “urge centrarse también a llevar a cabo acciones de prevención reales para conseguir no tener que llegar a necesitar activar estos protocolos”, ha reclamado Rosa González, vocal de Enfermería del Trabajo del COIBA.
La vocal ha explicado que “hay que proteger a los profesionales con más medidas de prevención, así como recordar a los ciudadanos la importancia de de cuidar de quienes cuidan de su salud e insistir en el hecho que una agresión tiene un impacto mucho más profundo y en cadena del que parece: impacto sobre el profesional, sobre los sistemas de salud en términos de coste, eficiencia y efectividad y, al final, sobre la atención a los ciudadanos”, ha explicado.
Desde el COIBA remarcan que están a disposición de las enfermeras para las denuncias y que les ofrecen asesoría jurídica y psicoemocional totalmente gratuita.
Desde el COIBA también piden no normalizar las agresiones y denunciar siempre para dar visibilidad a la magnitud de este problema y conseguir una mayor concienciación.
Así mismo, también reclaman a las instituciones y centros sanitarios, tanto públicos como privados, que insistan en dar a conocer a todos sus trabajadores los mecanismos de denuncia que cuenten en los lugares de trabajo.
Redacción / EFE