Joan Miquel Perpinyà / El martes pasado en el Parlament se votó una Proposición no de ley presentada por el PP por la cual se instaba al Govern a aumentar la cuantía del complemento de indemnización por residencia (plus de insularidad) a los empleados del Ib-Salut, equiparándolo durante esta legislatura al que perciben sus homólogos en Canarias.
La proposición fue rechazada con los votos en contra de PSOE, Unidas Podemos, Més per Mallorca y Més per Menorca. La diputada de Gent per Formentera, Silvia Tur, se abstuvo. En cambio, se aprobó instar a la Conselleria de Salut a que durante este año proponga a los sindicatos del Ib-Salut iniciar las negociaciones para acordar medidas de fidelización efectivas que faciliten la llegada de profesionales sanitarios a Balears.
Es decir, las formaciones de izquierdas en el Parlament, excepto GxF, se oponen a equiparar antes de 2023 el plus de insularidad del personal sanitario al que perciben los trabajadores de la sanidad pública canaria, aunque aceptan comenzar a negociar este 2021 con los sindicatos incrementos retributivos, pues no otra cosa puede fidelizar al personal sanitario para que venga a trabajar a las Islas.
Todos son conscientes de que Balears no es un destino atractivo para el personal sanitario, a causa de la carestía de vida que no compensa un plus de insularidad claramente insuficiente, muy inferior al que cobran los sanitarios en Canarias y que no supone un estímulo para venir a Baleares y aún menos a las Pitiusas
Todos son conscientes de que Balears no es un destino atractivo para el personal sanitario, a causa de la carestía de vida que no compensa un plus de insularidad claramente insuficiente, muy inferior al que cobran los sanitarios en Canarias y que no supone un estímulo para venir a Baleares y aún menos a las Pitiusas. Y sin embargo, desde la mayoría de izquierdas que gobierna esta Comunidad Autónoma se sigue haciendo oídos sordos a las justas reivindicaciones del Sindicato Médico de Balears (Simebal) y la Unión de Sanitarios por la Equiparación de la Indemnización por Residencia en Ibiza (Useiri), entre otros, que ayer volvieron a concentrarse frente al Hospital Can Misses reclamando la ansiada equiparación con Canarias.
Ya en octubre del año pasado PSOE, Podemos y Més rechazaron subir las retribuciones a los sanitarios que trabajaron durante la primera ola de la pandemia de Covid-19. Así pues, queda claro que los partidos de izquierdas que ahora gobiernan y que presumen en defender la sanidad pública, persisten en maltratar a quienes se dejan la piel en ella, sus profesionales, en un sublime ejercicio de cinismo e impostura.
Así pues, queda claro que los partidos de izquierdas que ahora gobiernan y que presumen en defender la sanidad pública, persisten en maltratar a quienes se dejan la piel en ella, sus profesionales, en un sublime ejercicio de cinismo e impostura.
La situación es grave, sobre todo en Eivissa y Formentera, donde hay escasez de profesionales de los servicios públicos esenciales, tanto dependientes de la Administración central (policías, guardias civiles, personal de Justicia, etc.) como del Govern balear. Pero no se soluciona. Pasan los años y ni Pedro Sánchez ni Francina Armengol ponen remedio al problema. Ni antes, cuando no había pandemia, ni ahora que la hay y que justamente por eso todos hemos comprobado la importancia de tener unas plantillas adecuadas en nuestros hospitales y centros de salud.
O se ponen las pilas y adoptan las medidas de presión por todos conocidas desde hace décadas, o las cosas seguirán igual, que es como decir peor cada día.
Llegados a este punto, cabe hacerse una pregunta: ¿Hasta cuándo piensan los sindicatos seguir comportándose como corderitos, con ridículas concentraciones a las puertas de los centros de trabajo como respuesta al cinismo del Govern que por un lado les felicita por su extraordinaria labor y les concede la Medalla de Oro de la Comunidad Autónoma, y a la vez les escupe negándose a equiparar el plus de insularidad con Canarias? ¿O es que sólo se convocan huelgas cuando gobierna la derecha? Empieza uno a pensar que tienen lo que se merecen. O mejor dicho, lo que se curran sus sindicatos: nada. O se ponen las pilas y adoptan las medidas de presión por todos conocidas desde hace décadas, o las cosas seguirán igual, que es como decir peor cada día.