@D.V./ A un político hay que pedirle que sea honesto y gestione bien, evidentemente. Pero cuando uno lleva entre pecho y espalda toda una mañana con un maratoniano y inacabable Pleno municipal, se agradece especialmente un poco de chispa y de brío en la oratoria. Después de soportar un soliloquio de casi 40 minutos de Marienna Sánchez-Jáuregui sacando folios, liándose con los folios, buscando los folios, consultando post-its, interrumpiéndose a si misma y con todos los periodistas al borde del suicidio, la aparición del prefista Ignacio Rodrigo fue recibida cual maná salvífico.
En la intervención de Marienna ha habido un momento de humorismo involuntario cuando Pilar Marí, hastiada por la extrema morosidad de su intervención, le ha pedido un poco más de brevedad y la exalcaldesa ha respondido con un tono desabrido: “Oiga, en el reglamento no pone nada de limitación de tiempo, y pienso hablar aquí todo el tiempo que me de la gana” -eso sonó a amenaza- “además yo estoy aquí para defender lo mío” -y eso sonó a ‘he venido aquí a hablar de mi libro’-.
Sánchez-Jáuregui no se ha ahorrado adjetivos dramáticos para explicar cómo le duele que sus propios compañeros la echaran del cargo de alcaldesa, lo que definió como “el acto execrable de forzarme a dimitir”.A ver… ‘acto execrable’ es la esclavitud, el trabajo infantil o el dolor de muelas… ¡tampoco exageremos!
La réplica a Marienna no vino de la alcaldesa o de Alejandro Marí, que no destaca especialmente por su vehemencia, sino por el verbo más afilado del gobierno municipal, Ignacio Rodrigo, quien ha confirmado la poquísima gracia que ha provocado tener que remover facturas de hasta el año 1995: “Eso fue una ocurrencia de usted” [de Marienna] “que vino a aquí con el carrito de los helados, y si se descuida buscamos facturas de cuando el padre del señor Villalonga estaba por el Ayuntamiento”.
Rodrigo se ha mofado de la obsesión de la exalcaldesa en sacar borradores y compararlos unos con otros: “¡Pero si han habido ochocientos mil borradores distintos! Y en cada uno pone algo distinto… ¡Pues claro! Porque las cosas se discuten, cambian, se negocian…”. También ha hecho sangre con esa frase de Marienna de que “he venido aquí a defender lo mío”. “Si sumáramos todas sus intervenciones en todos los plenos, no alcanzarían a lo que ha hablado hoy aquí” y ha asegurado que eso demostraba que la exalcaldesa mantenía su silla de regidora no para servir al ciudadano sino para servir a sus intereses particulares.
Finalmente, Rodrigo ha llamado “tránsfuga” a Sánchez-Jáuregui y le ha dicho., de forma vehemente y llana, que se fuera a casa: “¡Dimite y suelta la silla! Vete a casa y asume que perdiste nuestra confianza por tus errores y dimite”.
Como ya hemos comentado en otra ocasión, aplaudimos los alardes del señor Rodrigo y esperamos un duelo con la lengua más afilada de la bancada socialista, Enrique Sánchez -aunque debo admitir que Alfonso Molina también es un buen orador-. Ayer vivimos un pequeño chispazo cuando, después de que Rodrigo hiciera una morosa relación de todos los cursos de formación que ha realizado el Ayuntamiento, Sánchez, con una malévola sonrisa, le ha disparado: “Ha hecho usted trampa. Ha desglosado los cursos en módulos y así parece que hayan hecho más, ¿eh?” -sólo le faltó añadir “¿eh, pillín?”. Rodrigo ha sonreído como un jugador de cartas a quien le acaban de descubrir con un as de más y ha terminado confesando: “Bueno… lo he decorado un poco para hacerlo más bonito”.
Queremos más y, a ser posible, en favor del espectáculo, que los regidores menos dotados en el arte de Demóstenes como Rafa Ruiz, Lina Sansano o Alejandro Marí deleguen sus parlamentos en Rodrigo y Sánchez. Me harían feliz.
Tiene bemoles que el que abandonó el partido con el que se presentó en listas se ponga a llamar tránsfuga a otros.
Un fallo lo tiene un guardia, pero en la tercera línea, donde pone » y inacabable» debería decir «e inacababe».