Amparo Cuenca Huerta, una kelly que está a punto de ser desahuciada, recibirá mañana jueves el apoyo de sus compañeras y compañeros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y de todas las personas que quieran solidarizarse con su caso en una concentración convocada en el número 27 de Isidor Macabich, en Ibiza, frente al Banco Sabadell, a las 12 horas.
Coliseum Promontoria, fondo que compró al Sabadell el piso donde vive, ha dejado de cobrarle el alquiler desde mayo, y Amparo Cuenca está a la espera de recibir la carta de desahucio por impago después de recibir otros escritos y llamadas ‘invitándola’ a irse.
La situación es rocambolesca porque ella quiere pagar el alquiler pero le está resultado una odisea. Han dejado de cobrarle el pago mensual, que tenía domiciliado, y por eso ha intentado por todos los medios hacer un giro postal para que conste que ella quiere pagar y que no la puedan desahuciar por impago. «Al final con la ayuda de la PAH ha conseguido mandar el giro a un CEO del Sabadell y estoy esperando contestación», remarca.
«Recibo llamadas continuamente por parte de una empresa contratada por Promontoria para decirme que tengo que ir y que es mejor que me vaya a las buenas porque si no será peor», relata.
Cuenca Huerta, que tiene tres hijas y una de las cuales vive con ella actualmente, sobrevive con una ayuda de 430 euros mensuales tras quedarse sin trabajo en 2020 por la pandemia.
Vive en un piso por el que está pagando un alquiler social desde 2015 dada su situación precaria, que se remonta a 2014, cuando tomó la decisión de divorciarse. Su ex pareja dejó de pagar la hipoteca del piso y la manutención de sus hijas, según relata, lo que la colocó en una situación de absoluta precariedad. “Cuando el trabajo terminó me vi en la tesitura de dar de comer a mis hijas o pagar la hipoteca y evidentemente la prioridad fueron mis hijas”, afirma. Esta precariedad se ha visto acentuada por la crisis derivada de la Covid porque lleva más de un año y medio sin trabajar.
Habló con el Banco Sabadell para explicar la situación que estaba atravesando “pero no hubo manera de lograr ayuda”. Finalmente y con el apoyo de la PAH consiguió un alquiler social en 2015.
El Banco Sabadell se quedó con su casa porque consiguió una dación en pago y un alquiler social pero esta entidad vendió la vivienda sin informarla a Coliseum Promontoria.
El 28 de diciembre de 2020 le enviaron desde Coliseum el primer burofax invitándola a salir de su casa el 6 de mayo de este año. Llegaron a ofrecerle dinero para irse «pero no llega ni para pagar dos meses de depósito de alquiler y es que además en mi situación no puedo afrontar el pago de un alquiler normal en Ibiza, necesito un alquiler social», relata.
“Les envié de vuelta otro burofax con toda la información que tengo, incluyendo un certificado de vulnerabilidad que me hizo mi asistente social, pero la respuesta ha sido por correo electrónico diciendo que no se plantean otra prórroga y que no habrá otro contrato. Que me tengo que ir, en suma”, relata.
Por el momemto aguanta porque sabe que le va a resultar imposible encontrar una vivienda en pleno verano en Ibiza. «Me van acabar echando pero lo estoy alargando lo que puedo», asegura con un tono de voz que denota una profunda preocupación. «Lo estoy pasando muy mal», afirma.