@Noudiari / Un grupo de ciudadanos preocupados por la protección medioambiental de Ibiza y Formentera, que entre otras actividades han realizado excursiones para protestar por la ocupación ilegal del litoral costero en zonas como Cala Comte o Can Porroig, denuncian el estado de deterioro y el riesgo para la salud pública que supone la cantera de ses Planes y el futuro proyecto de construir allí la planta hormigonera y asfáltica.
«El sábado, junto con un grupo de amigos, recorrimos el torrente de s’Estanyol situado al lado de la cantera de ses Planes para ver el estado en que se encuentra. Todo ese polvo grisáceo es material de la explotación de la cantera; en algunos sitios se hundía el pie dentro del camino, por lo que hablamos de una gruesa capa de desecho que los propietarios no se han preocupado de limpiar y que, por efecto de las lluvias, se ha ido filtrando en la tierra y, por tanto, envenenando los acuiferos de la zona. También hay tuberías herrumbrosas, neumáticos, material altamente combustible en un paraje natural que, de producirse un incendio, dificultaría mucho su extinción», asegura la carta de este grupo de personas, difundido por las redes sociales.
Pero, en su opinión, el peligro de verdad llegará con la construcción que se prevé en la cantera. «Si el Ayuntamiento de Santa Eulària concede definitivamente la licencia para que se monten las plantas de asfalto y hormigón, nos encontraremos ante un gravísimo problema medioambiental, que afectaría no sólo a los terrenos próximos sino que, por efecto de los vientos dominantes en la zona, la contaminación llegaría hasta Jesús, Illa Plana, Botafoch…», añade el escrito.
«¿Por qué el alcalde de nuestro municipio no se ha preocupado más de este riesgo que de satisfacer las demandas de los propietarios de la cantera? ¿A qué extremos vamos a llegar para seguir favoreciendo los intereses privados frente al bienestar de los ciudadanos? El torrente desemboca en S’Estanyol (Cala bonita) y, desde luego, así no conseguiremos ese turismo de calidad que se preconiza desde todas las instituciones pero que, a la hora de la verdad, brilla por su ausencia», se cuestionan este grupo de ciudadanos.
«Estamos viviendo desde hace unos años una etapa en la que, afortunadamente, se han removido conciencias y todos hemos despertado para darnos cuenta de que tenemos derecho a protestar, a reclamar, a pedir cuentas a la administración», concluye la carta de denuncia.
Que le pregunten a los técnicos de Medi Ambient del Govern Balear, que reunidos y por unanimidad, aprobaron que no suponía ningún impacto significativo contra el medio ambiente. Aquí todos se llenan la boca con los supuestos perjuicios, pero los 20 técnicos que forman parte del Govern Balear, todos han aprobado el impacto ambiental positivo de esa instalación. ¿Quién miente?