Científicos del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, Imedea (CSIC-UIB), y del Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG) han descifrado el código genético del raor, algo que mejorará el entendimiento sobre la biología molecular de este pez y ayudará a su conservación.
El raor o «lorito» (Xyrichtys novacula) es una especie muy valorada y conocida, de gran tradición pesquera y culinaria en Baleares, pero se han abordado escasamente las características de comportamiento que hacen de ella una especie científicamente relevante, ha explicado el Imedea en un comunicado.
La investigación que ha permitido obtener el primer genoma a escala cromosómica de esta especie supone «un enorme paso para su conservación».
Al igual que los humanos, los raors incorporan a su comportamiento cronotipos, es decir, preferencias individuales por los horarios en los que realizan sus actividades diarias, hecho que hace que haya raors activos a una hora más temprana que otros, detalla la entidad científica.
Además, se han observado comportamientos sociales en los que los machos más agresivos defienden enérgicamente grandes parcelas de fondo arenoso, que incluyen los territorios más pequeños de las hembras de su harén.
Estas peculiaridades comportamentales están codificadas genéticamente.
En una especie explotada por la pesca como el raor, el hecho de que determinados comportamientos tengan una base genética puede resultar en la eliminación de ciertas variantes genéticas en las poblaciones naturales que pueden comprometer su futuro. Las poblaciones con poca diversidad genética tienen menos resiliencia y por eso los estudios genéticos pueden ayudar a garantizar el futuro del raor.
Josep Alós, uno de los científicos del Imedea que lidera esta investigación, explica que «conocer mejor qué características comportamentales y genéticas afectan la vulnerabilidad a la pesca, puede ser muy útil para diseñar medidas en el ámbito de la conservación y asegurar el futuro de esta especie»
El estudio, liderado por el Equipo de Ensamblaje y Anotación del Genoma del CNAG y el Laboratorio de Ecología de Peces del Imedea, ha conseguido obtener toda la información genética contenida en los 24 cromosomas que tiene el raor.
Entre los hallazgos figura que los raors tienen un cromosoma más que los humanos, a pesar de que la medida total de su genoma es más reducida. Su información genética se encuentra codificada en aproximadamente 780 millones de unidades de información genética, mientras que en humanos se ha estimado en 3.200 millones.
Otra peculiaridad interesante de esta especie es su carencia de cromosomas sexuales: Los raors son hermafroditas secuenciales, de forma que todos nacen con sexo femenino y, pasados unos años, se convierten en machos.
Este cambio está regulado por varios factores genéticos que cambian en un momento determinado de la vida del individuo y están relacionados posiblemente con factores internos de crecimiento y externos, como puede ser la ausencia de un macho dominante a su grupo social.
La investigadora responsable de este proyecto, Margarida Barceló, explica que toda esta nueva información abre las puertas a muchos descubrimientos: «Por ejemplo, nos permitirá entender mejor cómo están conectadas genéticamente las diferentes poblaciones de raors en las Islas Baleares; podremos determinar si se trata de poblaciones aisladas o si existen conexiones a través de las corrientes marinas».
Este conocimiento ayudará a evaluar el estado de conservación a nivel genético de las zonas donde se practica una pesca más intensa en comparación con zonas protegidas, como las reservas marinas. «Esto, a su vez, nos dará herramientas para ofrecer asesoramiento a la administración para asegurar una gestión sostenible de la pesca tan popular del raor”, explica Barceló.
El responsable del equipo del CNAG, Tyler Alioto, explica cómo han descifrado el genoma: “Utilizando una combinación de tecnologías genómicas de última generación, como son las lecturas largas de Oxford Nanopore Technologies, las lecturas cortas de Illumina, Hi-C y la secuenciación ARN, hemos conseguido un ensamblaje de genoma anotado a escala cromosómica para esta especie».
El estudio, publicado en la revista científica «DNA Research», ha tenido financiación del proyecto «Earth Biogenome Project» (CBP) de la Societat Catalana de Biologia y la Institució Catalana d’Història.
Puede ser base para futuros proyectos en los que trabaja el Imedea como el europeo «WildFishGenes», y el financiado por el Gobierno español «METAraor».
Al CNAG este tipo de estudios le ayudan a mejorar los procesos de genómica para continuar ampliando el catálogo disponible de genomas de referencia de alta calidad, como recurso para otros estudios genéticos y aplicaciones en el campo de la biodiversidad.
EFE