EFE / La Policía Nacional ha desmantelado una de las mayores redes nacionales de distribución de pornografía infantil a través de WhatsApp y han sido localizados catorce grupos, uno en Palma, de este sistema de mensajería instantánea desde los que se remitía temática pedófila de extremada brutalidad sobre niños de 0 a 8 años.
Se han practicado además 19 registros en los que han sido intervenidos dispositivos con más de 16 terabytes de información que contenían unos 2.400.000 archivos de pornografía infantil, según un comunicado de la Policía.
Los agentes localizaron a diecinueve implicados en esta red en España y pusieron en marcha los correspondientes dispositivos para sus detenciones en Alicante, Oviedo, Barcelona, Burgos, Córdoba, Granada, Palma, Jaén, Las Palmas de Gran Canaria, León, Madrid, Murcia, Santander, Tarragona, Teruel, Valencia y Valladolid.
Para ello contaron con la intervención de dieciocho juzgados que autorizaron, de manera coordinada y simultánea, diecinueve registros domiciliarios en los que se intervinieron: once ordenadores portátiles, veintitrés teléfonos móviles, cuatro tablets, once discos duros externos, siete pendrives y cinco tarjetas de memoria de gran capacidad.
Agentes especializados tuvieron que analizar un enorme volumen de datos -16 Terabytes-, además de salvar medidas de seguridad que los detenidos utilizaban para tratar de ocultar su actividad, tales como el uso de sofisticados programas de encriptación o software específico de eliminación de contenidos.
De este modo llegaron a localizar unos 2.400.000 archivos multimedia de pornografía infantil.
Según el comunicado, la labor de prevención de agentes de Policía Nacional especializados en la protección de los menores en internet permitió localizar a través de redes anónimas de diferentes grupos de la aplicación de mensajería WhatsApp en los que se estaba intercambiando gran cantidad de contenidos relacionados con la explotación sexual infantil.
Dado el carácter supranacional de las investigaciones, se requirió la cooperación de las oficinas policiales internacionales de Europol e Interpol, de manera que se pudiera canalizar el enorme volumen de información y se establecieran los cauces para la coordinación de la operación en cada uno de los países afectados.