EFE / Tres personas de una misma familia han sido detenidas en Palma por trata y explotación sexual de mujeres a las que amenazaban de forma física y psíquica, ha informado hoy, la Jefatura Superior de la Policía Nacional.
Los detenidos son dos hombres de 27 años, uno de origen venezolano y el otro marroquí, así como una mujer de 35 años, también originaria de Venezuela.
Se les acusa también de prostitución coactiva, amenazas, coacciones contra la intimidad y revelación de secretos.
La investigación arrancó en octubre a raíz de la denuncia de una persona en Gerona, que relataba haber sido forzada a ejercer la prostitución en contra de su voluntad, y recibido amenazas con daños futuros tanto a ella como a su familia en Venezuela.
La mujer detenida se encargaba de la captación de la víctima en el país de origen, mientras su pareja, de origen marroquí, ayudaba a realizar los trámites del viaje a España y se encargaba después del control y explotación de la víctima en Mallorca.
La Policía Nacional ha explicado que cuando la víctima aceptaba la oferta laboral con la finalidad de cambiar de vida para tener un futuro mejor, un miembro del clan, residente en España, se encargaba de la tramitación del viaje a través de un tercero.
Más deuda pese a la explotación
Posteriormente y una vez en España informaban a la víctima que debía pagar una deuda que ascendía a unos 1.500 euros, si bien al viajar por Francia, Suiza y Alemania, los captores incrementaban la deuda a unos 3.000 euros, que aumentaba a pesar de los servicios sexuales realizados.
En caso de negarse a saldar la deuda, el clan amenazaba con publicar en redes sociales e informar a familiares y amigos de la víctima, que esta ejercía la prostitución en Europa.
Ello se llevó a cabo con la ayuda de su pareja sentimental, propietario de un locutorio de la calle General Ricardo Ortega, de Palma
Así, la víctima, sin medios de vida para subsistir y sin persona conocida en España, se vio obligada a hacerse fotos desnuda para ser publicadas en anuncios que ofrecían servicios sexuales a cambio de dinero y a prostituirse para poder saldar la deuda «contraída» con la organización.
La víctima era controlada en todo momento por parte de dos de los detenidos, carecía vida propia y se le obligada a estar disponible para prostituirse las 24 horas del día.
Por su trabajo recibía una parte ínfima de los ingresos que generaba, y el resto del dinero de sus servicios sexuales se destinaba a saldar la deuda que el clan le atribuía.
Está previsto que los detenidos pasen hoy a disposición judicial.