@Noudiari / Un alumno de Secundaria de Ibiza de 12 años de edad relata en primera persona y en colaboración con su hermana, de ocho, su día a día confinado en casa junto a sus padres. Su idea es hacer un ‘cuaderno de bitácora’ mientras dure el “encierro”. Desvelarán sus identidades una vez concluya el Estado de Alerta decretado por el Gobierno y un día antes de que puedan volver a clase, tal y como ambos han acordado.
Día 11 de encarcelamiento.
Desde que empezó esto mis padres han decidido que tenemos que comer de forma saludable.
Antes normalmente una vez a la semana les convencíamos para pedir comida de la que ellos categorizan como «basura» y para mi está deliciosa.
Pero esto por ahora se acabó. Si suena el timbre de casa hay más probabilidades de que sea Will Smith que un repartidor de pizza.
Según ellos hay que estar vitaminado para no coger coronavirus. Y por eso me hacen beber cada mañana un zumo de naranja y comida de conejo, bueno zanahorias.
Encima me dicen que si no me lo bebo me tendrán que inyectar Vitamina C. Aunque les he dicho que la única cosa que me van a poner con una jeringa será la vacuna de los catorce.
Los médicos y científicos deben estar equivocados. Mi madre está convencida de que la verdadera vacuna para el «corona» es el zumo de naranja. Y me intenta convencer. Lo que faltaba. Ahora mi madre va de Einstein.
Espero que mis padres hayan juntado todas las neuronas que tienen para hacer la lista de la compra y hayan pedido «productos fundamentales» porque hoy vuelven los del súper con suministros.
A ver qué traen.
Mi hermana y yo seguiremos contando mañana cómo va esto del encierro.
Deberes, deporte, limpieza extrema y también comida sana, es lo que faltaba para tener el COMPLETO.
Ay qué cruz¡¡
Resistiréis¡¡