@Noudiari / Un alumno de Secundaria de Ibiza de 12 años de edad relata en primera persona y en colaboración con su hermana, de ocho, su día a día confinado en casa junto a sus padres. Su idea es hacer un ‘cuaderno de bitácora’ mientras dure el “encierro”. Desvelarán sus identidades una vez concluya el Estado de Alerta decretado por el Gobierno y un día antes de que puedan volver a clase, tal y como ambos han acordado.
Día 9 de confinamiento.
Hoy escribo esto sin mi hermana. Está haciendo una videoconferencia con una amiga suya. No paran de gritar. No sé si estoy empezando a delirar, pero creo que también escucho a su amiga. Aprovecho para explicaros…
El concepto de hermana pesada… perdón quería decir pequeña, puede definirse como ser de tamaño reducido, voz de pito y una función en la vida: amargarme la existencia.
En mi vida normal intento evitarla y digo intento porque es prácticamente imposible.
Lo malo no es que ponga su música (si así se puede considerar la epiquísima batalla de rap de Elsa y Ana). El problema es que la pone a 800 decibelios. Probablemente nuestros vecinos tengan los tímpanos rotos.
Le encantan las manualidades y bien que me parece que haga una actividad al día metida en su habitación. Pero no entiendo cómo hace para que la purpurina se teletransporte hasta en el bote de Cola Cao.
Y después vienen sus bailecitos que, como os comente ayer, tiene una habitación específica (la de mis padres) para sus ensayos.
Un punto a favor de la cuarentena es que hasta dentro de una temporadita no tendré que tragarme ningún festival suyo. Aunque numeritos nos tiene preparados todos los días. Parece que los ensaya y todo.
Mi hermana y yo seguiremos contando mañana cómo va esto del encierro.
Bravo chicos!!!! Cada día os leemos y tanto mi hijo como mi hija se sienten suuuuper identificados. Ánimo seguid así de bien.
Todas las hermanas pequeñas son iguales, jaja
Ya nos queda menos¡¡