Las muestras de cariño y dolor por la muerte del maestro en artes marciales, entrenador personal y portero de diferentes discotecas de Ibiza, Fernando Boneque, han inundado las redes sociales en las últimas 24 horas. Su carisma, compañerismo y exigencia en el gimnasio le convirtieron en una persona querida y adorada por sus círculos más íntimos y no tan íntimos. Con una sonrisa perpetua dibujada en su cara o con el ceño fruncido cuando se ponía a trabajar duro calaron en una gran parte de la sociedad insular.
Todas las personas que quieran dar su último adiós a Fernando, que falleció ayer en su casa a los 69 años de edad, tendrán la oportunidad de hacerlo durante los dos días de velatorio de cuerpo presente que se le han preparado en Pompas Fúnebres Ibiza durante el viernes (de 12 a 21 horas) y el sábado (de 11 a 15 horas).
Nacido Guinea y criado en Albacete, llegó a Ibiza a finales de la década de los 70, donde se establecería definitivamente. Su primer trabajo en la isla fue en una discoteca del Paseo Marítimo, junto al Casino de Ibiza. Posteriormente abrió un gimnasio en la calle Vicente Serra del municipio de Eivissa, el Okinawa (hoy en día Budoka), donde impartía clases de Kung-Fu y por el que pasaron infinidad de jóvenes ibicencos que en la actualidad rondan o superan el medio siglo de vida.
Durante los últimos 17 años ha estado trabajando en el Nirvana, donde en esta última época daba clases de gimnasia sueca y ejercía de entrenador personal.