Los extranjeros no solo están interesados en comprar viviendas en España: cada vez buscan más casas para alquilar. Así lo confirma el portal idealista que cada vez tiene más clientes y potenciales clientes que vienen del extranjero.
El 14,9% de la demanda de vivienda de alquiler total procedía del exterior a cierre de 2022, el porcentaje más elevado de la serie histórica que arrancó a principios de 2019. Este porcentaje sube hasta el 27 por ciento en el caso de Baleares, según los datos que maneja este portal.
En líneas generales, quieren alquilar una casa en España en las mismas zonas donde buscan para comprar: enclaves costeros y turísticos como Ibiza y Formentera.
En algunas provincias del Mediterráneo y los archipiélagos, la demanda para arrendar procedente del extranjero supera el 20% del total, mientras que en las provincias situadas en el centro de la Península y en algunas zonas del norte su peso ni siquiera llega al 5%.
Alicante encabeza el ranking nacional y es la única provincia donde más del 30% de la demanda de viviendas de alquiler procede del extranjero.
La segunda provincia más destacada es Santa Cruz de Tenerife, donde la demanda extranjera para arrendar una casa alcanza el 29,6%, por delante de Baleares (27,8%), Málaga (26,9%) y Las Palmas (24%).
Estas cinco provincias son las únicas del país donde las búsquedas de los foráneos suponen más de una quinta parte del total.
Las siguientes en la lista son Barcelona, Valencia y Almería, donde la demanda extranjera para alquilar supone un 19% del total, seguidas de Girona (17,1%). Ya por debajo de la media nacional, pero con un peso de dos dígitos, se encuentran Huelva, Granada, Cádiz y Castellón (todas ellas con más de un 14%), Tarragona (13,8%), Murcia (12,5%), Melilla (11,1%) y Madrid (10,4%).
En el resto del país, en cambio, los foráneos están menos interesados en alquilar una vivienda y su peso sobre la demanda total ya baja del 10%. En Jaén, Salamanca, Sevilla, Lleida, Córdoba o Badajoz, la demanda se mueve por encima del 7%, mientras que en más de una veintena de provincias el peso de los extranjeros sobre la demanda total de alquiler se mueve por debajo del 6%.
En la parte baja de la tabla se encuentran por ejemplo A Coruña, Asturias, Navarra, La Rioja, Álava, Cáceres, Ciudad Real, Albacete, Cuenca, Zamora, Burgos, Segovia, Zaragoza, Ávila, Toledo, Valladolid, León o Huesca. Guadalajara es la provincia que ocupa el último puesto de la clasificación nacional, al ser la única donde los extranjeros suponen menos de un 4% de la demanda para alquilar una vivienda.
Para contextualizar esta cifra, basta recordar que el promedio de los últimos cuatro años se sitúa en el 11,2%, 3,7 puntos por debajo del último dato disponible; y que, en diciembre del año pasado, la demanda para alquilar una casa en España de ciudadanos procedentes de otros países superó en cuatro décimas a las búsquedas relacionadas con la compraventa (14,5%).
Dicho de otro modo: los ciudadanos foráneos ya tienen más peso en la demanda de alquiler que de compra. En lo que respecta a la procedencia de la demanda, también se están produciendo cambios en los últimos años.
Si en 2019 el país desde donde se realizaban más búsquedas para arrendar inmuebles en España era Reino Unido, ahora son Alemania y Francia, mientras que el país británico queda relegado a la tercera posición. EEUU y Países Bajos, por su parte, han tomado la delantera a Italia, que ha pasado de la cuarta a la sexta posición en este tiempo.
Otros países que han cogido fuerza como demandantes de viviendas de alquiler en España en los últimos tiempos son Polonia, Canadá y Noruega, que han sustituido a Venezuela, Colombia o Marruecos.
Además del tradicional atractivo que despiertan el clima, la calidad de vida, la cultura o la gastronomía mediterránea, y unos precios de la vivienda comparativamente más asequibles que en los países del entorno, destacan otros motivos como el cambio de paradigma que ha supuesto la pandemia sanitaria, con un impulso del teletrabajo y un creciente interés por los inmuebles espaciosos y con zona exterior.
Y también el auge de los bautizados ‘nómadas digitales’, aquellos profesionales que pueden desarrollar un trabajo de alta cualificación en remoto, lo que les permite cambiar de lugar de residencia. De todos modos, los altos precios de Ibiza también disuaden a estos profesionales, que buscan vivienda en la isla pero a menudo se van a otros destinos más asequibles.