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El aeropuerto de Eivissa ha cerrado temporalmente parte de sus instalaciones para ajustar la capacidad del edificio al tráfico real de pasajeros que se registra en invierno.
De este modo, durante estos meses quedarán operativos veinte mostradores de facturación, ocho puertas de embarque y cinco cintas de recogidas de equipaje. Este equipamiento podría ampliarse por una subida puntual del tráfico de pasajeros o por otras necesidades que se detectaran, según ha comunicado Aena en una nota de prensa.
A través de diferentes sistemas, como lonas ignífugas resistentes al desgarro y de fácil limpieza, la zona norte del hall de salidas quedará cerrada, así como también la zona sur de la sala de facturación y la zona norte de llegadas. El cerramiento se ha realizado de un modo progresivo desde principios de noviembre, adaptándolos a las nuevas necesidades que, con motivo de la ampliación, el edificio exige.
Ahorro energético
El cierre de las instalaciones, que se mantendrá hasta el inicio de la temporada alta, supone un ahorro en recursos energéticos, climatización e iluminación. Esta medida permite dar respuesta a las oscilaciones de tráfico, propias de un destino turístico, que se producen entre la temporada de invierno y verano, manteniendo la calidad de los servicios ofrecidos al pasajero.
Con el inicio de la nueva temporada de verano (finales de marzo) estas zonas volverán a estar operativas, en función de la necesidad del aeropuerto según programación de vuelos.