EFE / Un camarero que trabajó en un local de alterne del Arenal ha explicado este lunes ante el tribunal que las chicas tenían que acceder a mantener relaciones sexuales sin preservativo con el dueño del local si querían trabajar allí como bailarinas.
En su declaración como testigo protegido en el juicio donde el propietario del local se enfrenta a una petición de 28 años de prisión por abuso sexual y prostitución, el camarero ha relatado que el acusado mantenía relaciones con las chicas «casi cada día», en ocasiones con una sola chica y a veces con dos y, según ellas contaban, sin preservativo.
Ha expuesto que si alguna de las chicas quería bailar en el local, tenía que «entrar con él» a una habitación que tenía a su disposición en el propio establecimiento, algo que han negado varios de los sucesivos regentes del negocio.
90 euros por noche
El camarero ha indicado que el acusado era quien daba «las órdenes», de manera que si no accedían a sus exigencias las mujeres no podían bailar, que era una actividad por la que ganaban hasta unos 90 euros por noche.
Ha detallado que había entre 35 y 40 chicas trabajando en el local de alterne donde él era camarero, entre las que el acusado «tenía las especiales que eran para él», que era un grupo de 10 o 12.
Si bien ha dicho que no las coaccionaba, ha indicado que en función de si accedían a mantener relaciones con él o no, las ponía a bailar o las quitaba, haciendo que perdieran dinero.
Dos de las chicas, citadas a declarar como testigos protegidas, se han negado a hablar alegando que tienen «miedo», ante lo que el tribunal les ha informado de que deberá multarlas y abrir diligencias por obstrucción a la justicia.
Uno de los policías que hizo seguimientos al acusado para investigarle, inicialmente por un delito contra los derechos de los trabajadores, ha explicado que la actitud de quienes trabajaban en los locales era «temerosa». Ha explicado que si bien los negocios de alterne figuraban a nombre de otras personas, éstos eran «testaferros» y que «toda la gente del Arenal» sabía que eran del acusado.
Rol de jefe
Otro policía ha detallado que aunque documentalmente era el propietario de un local situado en un bajo donde había varios establecimientos conectados entre sí, el acusado iba casi todos los días a «hacer control», tenía «rol de jefe» y pedía explicaciones al encargado que figuraba como responsable.
El policía ha recalcado que desde el año 2000 ha habido varios encargados pero «el que ha mandado siempre» era el acusado.
También han prestado declaración tres de los regentes de uno de los locales de alterne, que han negado que el acusado fuera el propietario del negocio.
La continuación del juicio se ha aplazado hasta el 11 de septiembre, a falta de que declaren una testigo protegida y un policía que investigó el caso.