J. M. de Lamo / El Consell Insular de Ibiza no se plantea la paralización de las grandes obras públicas que está ejecutando en la isla. Según ha asegurado el presidente de la máxima institución, Vicent Marí, en todo momento “se seguirá con lo marcado en el Real Decreto de Estado de alarma, que no especifica que se tengan que parar las obras públicas”.
Marí ha realizado estas declaraciones tras conocerse el malestar entre un determinado sector del empresariado ibicenco, que indicó que no era “normal ni ético” que desde las instituciones se impongan fuertes medidas de contención contra el coronavirus y se vean obligados a cerrar sus negocios y, a la vez, “no se paren las obras que lleva a cabo la administración”.
El alcalde de San Antonio, Marcos Serra, ha indicado, por su parte, que no se puede descartar que, si finalmente se alarga esta situación de parálisis por la contención del coronavirus, se tenga que parar alguna de las obras públicas que se están ejecutando en el municipio.
“No me extrañaría que, si como todo indica hay que alargar el Estado de Alarma, por falta de trabajadores que no puedan llegar a la isla o por falta de material en algún momento se tuvieran que paralizar las obras”, ha destacado el primer edil.
Un escenario éste que no sería nada deseable porque “ya van muy justos los plazos para acabar antes del inicio de temporada y, si hay que atrasarlas varias semanas como podría ser el caso, nos meteríamos en pleno verano con las obras aún activas”.
Una situación que, desde un principio, se pretendía evitar desde el Consistorio.
Las administraciones insulares (Consell y Ayuntamientos) actúan de una forma muy hipócrita, el personal administrativo debe ir a trabajar a puerta cerrada pero en instalaciones donde están normalmente muy hacinados y en donde (en contra de lo que dispone el decreto) no se ha dispensado a su personal mascarillas ni guantes de latex, tampoco se han adoptado medidas para respetar las distancias de seguridad entre los trabajadores. Es una vergüenza.