Joan Miquel Perpinyà / El Consell d’Eivissa debería establecer un servicio de valija diplomática con el Govern de les Illes Balears si quiere que el Ejecutivo de Francina Armengol se dé por enterado de las comunicaciones entre ambas instituciones.
Está visto que pese a los avances experimentados en la Administración electrónica y pese a las múltiples reuniones bilaterales que mantienen los consellers, se trata de un diálogo de sordos y de poco sirve.
Ya sucedió cuando el actual conseller balear de Medi Ambient, Miquel Mir —entonces director general de Biodiversidad— se hizo el sueco e ignoró la propuesta del Consell d’Eivissa —entonces gobernado por PSOE y Podem/Guanyem— para la extracción incruenta de las cabras de es Vedrà.
Dijo no tener constancia oficial de su recepción porque se había enviado por correo electrónico, como si fuera publicidad de El Corte Inglés… Ahora ha vuelto a pasar con el asunto de la planta de triaje del vertedero de Ca na Putxa, asunto del cual Miquel Mir muestra predisposición por abordar pero “cuando reciba una comunicación formal”. Vamos, que habrá que volver al correo certificado con acuse de recibo, de toda la vida, o al burofax, a ver si así se dan por aludidos en Mallorca.
Vamos, que habrá que volver al correo certificado con acuse de recibo, de toda la vida, o al burofax, a ver si así se dan por aludidos en Mallorca.
El presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, ha optado por mostrar un perfil reivindicativo con el Govern balear. Nada nuevo si se tiene en cuenta que fue su actitud combativa la que le caracterizó mientras fue alcalde de Santa Eulària. Mucho más si sus invectivas iban dirigidas a otro partido distinto al suyo, el PP.
Así pues, no es extraño que agudice aquel comportamiento ahora desde la institución insular, en asuntos como la Escuela de Hostelería, las cabras de es Vedrà, los fondos de la ecotasa o la planta de triaje que ya se ha citado. Eso le permite, además, marcar la diferencia con el anterior equipo de gobierno de Vicent Torres (PSOE) y Viviana de Sans (Podem), a quienes deja en evidencia por su vergonzosa sumisión lanar a la presidenta Armengol.
Sin embargo, si sigue atizando el enfrentamiento con el Govern balear, corre el riesgo de alentarlo incluso en asuntos menores que no le proporcionarán el menor beneficio a los habitantes de Ibiza ni tampoco rédito electoral al PP —ni a sus socios de Ciudadanos—.
Y es que la estrategia de comunicación del PP es más que cuestionable, seguramente porque no se adivina quién es su responsable, si es que no es el propio Vicent Marí. Y en todo caso, sirve de poco cuando en Mallorca se hacen los sordos. Menudos son.