@Noudiari/ El Servicio de Salud Laboral del Ib-Salut ha elaborado un informe psicosocial a las matronas de Formentera, a exigencia de Inspección de Trabajo, en el que refleja que ha detectado un «alarmante» problema de salud derivado de su situación laboral. En concreto, se desglosan hasta 48 medidas correctoras que deberían aplicarse, la gran mayoría (35 en total) con «prioridad máxima» y carácter «urgente». Por todo ello, El Sindicato de Enfermería (Satse) ha recordado que están «a punto de presentar una querella criminal contra el director del hospital de Formentera y la jefa de enfermería».
Este informe propone, entre otras muchas medidas, que se establezca «un turno de trabajo que permita a las trabajadoras un descanso reglamentario». Anteriormente estas trabajadoras sanitarias denunciaron que realizan turnos de hasta 12 días seguidos «sin libranzas, ni descansos, ni compensación alguna a posteriori». Además, en caso de vacaciones, enfermedad o permiso de una de las dos comadronas de Formentera, la otra ha de cubrir esta baja también sin recibir ninguna compensación a cambio.
Síndrome Burnout o del quemado
Por este motivo, el Sindicato de Enfermería ha insitido en «la necesidad de contratar a una matrona más para poder respetar, mínimamente, la legalidad». En la actualidad, dos comadronas trabajan en la isla, además de una tercera especialista que se desplaza los fines de semana desde Eivissa para trabajar durante 48 horas seguidas «tras terminar su jornada laboral, por lo que también se queda sin descanso», han subrayado desde Satse.
«La sanidad no debe gestionarse en base a los números sino en la calidad asistencial y el trabajo de las matronas de Formentera no se debe valorar según el número de partos que atiendan al año, sino por las horas realizadas para garantizar siempre la asistencia sanitaria de calidad», han remarcado desde el Sindicato de Enfermería, antes de detallar que las matronas de Formentera realizaron en 2012 un total de 4.042 horas de trabajo, cuando el máximo estipulado es de 1.665. El informe, en consecuencia, concluye que estas dos especialistas padecen el denominado síndrome Burnout o del quemado, por lo que Satse califica como «un caso flagrante de explotación laboral en la administración pública».