El otoño, que comenzará el 23 de septiembre a las 8:50 hora peninsular, se prevé muy cálido y más lluvioso de lo normal, lo que podría ayudar a mitigar la sequía meteorológica que afecta a la Península Ibérica en su conjunto.
El portavoz de la Aemet, Rubén del Campo, ha avanzado este jueves estos datos durante una rueda de prensa encabezada por la ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, para presentar el avance prediccional del otoño y un análisis del verano.
En los últimos años «nos estamos enfrentando a sequías más largas y de más dureza» pero, si se confirman los pronósticos este otoño, se podría «atajar» esta escasez de agua, aunque se necesitaría «un periodo muy largo de lluvias abundantes», ha explicado Del Campo.
Respecto a la estación otoñal, hay entre un 50 y 70 por ciento de probabilidades de que sea un periodo «muy cálido», y entre el 40 y el 50 por ciento de probabilidades de que sea un trimestre más lluvioso de lo normal en la mayor parte de España, sobre todo en el noroeste peninsular.
El portavoz de Aemet ha enumerado los datos más relevantes del verano: «Ha sido el tercero más cálido desde que hay registros, sólo superado por los de 2022 y 2003; En su transcurso se han registrado cuatro olas de calor, con un total de 24 días en esa situación», además «se ha tratado del tercer verano más lluvioso del siglo XXI».
La estación veraniega tuvo carácter «extremadamente cálido» en amplias zonas del sur de la península y en el Cantábrico occidental, mientras que resultó muy cálido en el resto de la España peninsular; En las Islas Baleares también fue muy cálido, y en las Canarias tuvo carácter muy cálido o extremadamente cálido.
Las temperaturas máximas diarias se situaron 1,2 grados centígrados por encima del valor normal, mientras que las mínimas fueron 1,4 grados superiores a la media, por tanto, la media del verano fue de 1,3 grados por encima del promedio normal.
Durante la estación se registraron cuatro olas de calor: las dos primeras entre los días 9 a 12 de julio y 17 a 20 de julio, con 14 y 20 provincias afectadas, respectivamente, mientras que las dos siguientes, entre los días 6 a 13 de agosto (con 19 provincias afectadas) y 18 a 25 de agosto (35 provincias afectadas), fueron las «más prolongadas e intensas».
Durante esas olas, la máximas alcanzaron los 40 grados en gran parte del territorio, llegando a superarlos 45 grados en puntos de la provincia de Valencia y de Andalucía los días 10 y 11 de agosto; En el aeropuerto de Valencia se registró el día 10 una máxima de 46,8 grados, la más alta registrada este verano en España y que batió el récord de la estación por más de 3 grados de diferencia.
Del Campo ha señalado que con los datos disponibles, hubo un total de «24 días bajo ola de calor» en la Península y Baleares, por lo que se trataría del «cuarto verano con mayor número de días en esa situación, tras los de 2022, 2015 y 2017».
En las Islas Canarias también hubo dos olas de calor, ambas en agosto: la primera entre los días 10 y 14, en la que se superaron los 40 grados en todas las islas, y la segunda, de menor intensidad, entre el 20 y el 24 de agosto.
En cuanto a las lluvias, el portavoz ha resaltado que ha sido «un verano muy húmedo», con acumulaciones de 87,2 litros por metro cuadrado, valor correspondiente al 124 % respecto al promedio normal, lo que le convierte en el decimosexto verano más húmedo desde 1961, y el tercero del siglo XXI, después de los veranos de 2010 y 2018.
Por meses, junio fue muy húmedo, el cuarto más lluvioso desde 1961, detrás de 1988, 1992 y 2010, siendo, por tanto, el segundo más húmedo del siglo XXI, por el contrario, julio y agosto fueron muy secos, con lluvias respectivamente, en torno al 59 y 47 % de sus valores normales.
Como dato curioso, las tres cuartas partes de la lluvia acumulada en verano tuvo lugar en junio, ha concluido .
EFE